Que la presentación de denuncias por cualquier delito sea tan tardada, que las víctimas se cansen y desistan de hacerlo.
Sólo así, el gobierno del estado podrá seguir presumiendo que Puebla cada vez es más segura, aunque en la realidad es que entre los ciudadanos ya no hay ganas de ir a perder el tiempo ante el MP para denunciar un delito que no va a ser investigado.
Ya lo había señalado con anterioridad Andrea Ambroggi, presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública, quien durante la presentación de la campaña #YoSiDenuncio, reveló que sólo dos de cada diez delitos se denuncian en Puebla y que solo uno de 25 delitos denunciados, llega a una condena.
En ese sentido, exigió a las autoridades que precisaran si sus cuentas alegres en torno a la disminución de las denuncias se debían a la efectividad de los cuerpos policiacos o más bien al desestimiento de las víctimas por acudir ante las autoridades de procuración de justicia.
Fuentes al interior de la procuraduría confirmaron a este reportero que la segunda versión es la más indicada: existe la instrucción clara y precisa de dilatar los trámites para la presentación de una denuncia.
Contrario al discurso oficial, acudir a una agencia del ministerio público es un verdadero suplicio para las víctimas, quienes en ocasiones tardan hasta 10 horas en presentar una denucia contra un simple robo, además de que se les requieren documentos y requisitos tan absurdos como inútiles, como el que lleven las escrituras de sus propiedades allanadas o las facturas de sus bienes robados.
No se diga ya de los malos tratos que reciben por parte del personal que labora en las agencias de los MP, quienes son tan insensibles que incluso se mofan de la desgracia de la víctima.
Esto contrasta con las declaraciones recientes del propio Rafael Moreno Valle, quien presumió que en Puebla se transita hacia una reingeniería en la procuración de justicia, con inversiones millonarias en infraestructura y equipo, para lograr que los ciudadanos vuelvan a confiar en sus autoridades.
¿Cómo hacerlo, si desde las propias oficinas se desalienta una práctica tan necesaria como la presentación de una denuncia?
Mercado de Lágrimas
Riesgoso el cariz populista que está tomando el gobierno de Tony Gali.
Está bien que se tome la foto llorando con un damnificado o barriendo el lodo o cantando con sus cuates o echando una cascarita o comiendo tacos en el mercado, para las primeras planas de los medios.
¿Pero que anuncie que repondrán muebles y enseres domésticos a las familias afectadas por el desbordamiento del Alseseca?
Si así va a ser su política asistencial, no habrá dinero que le alcance para el consuelo y apoyo de familias en desgracia.
Si ese es el caso, tendrá que reponer las llantas de los automóviles que caen en baches.
Si ese es el caso, tendrá que pagar las reparaciones de los autos que se quedan varados en los lodazales de las calles sin pavimentar (que son muchas todavía) en las colonias de la periferia.
Si ese es el caso, tendrá que cubrir los montos del seguro contra accidentes de cualquier auto que choque por la falta de semáforos o señalamientos.
Si ese es el caso, tendrá que pagar los velorios y las indemnizaciones de las víctimas fatales en un asalto.
Si ese es el caso, tendrá que darles desayuno, comida y cena a los productores de juntas auxiliares que han perdido sus cosechas con las lluvias.
No es lo mismo que el DIF reparta despensas o cobertores a los damnificados, a que se destinen recursos del erario para el menaje de casas particulares.
En todo caso, que esos recursos se destinen en cirugías que acaben con esos males y no en curitas para tapar las heridas.
