Ambos personajes fueron impulsados como “candidatos ciudadanos” cobijados por el PAN, con la misión de trabajar desde el legislativo en impulsar leyes que beneficiaran 100 por ciento a los poblanos.
Cosa más falsa.
Apenas ocuparon sus curules, se convirtieron en eso que tanto criticaron en su rol de “civiles”: unos vulgares levantadedos que dicen sí a todo lo que mande el ejecutivo sin chistar, aún pasando por encima de los intereses de los ciudadanos a los que tanto prometieron defender.
En su descargo, hay que decir que a ambos les tocó lidiar con Rafel Moreno Valle.
Pero ni siquiera cuidaron las formas.
Obligados moral y políticamente a agradecer, y por tanto someterse al PAN por haberlos cobijado en tiempos en que las candidaturas ciudadanas no estaban reglamentadas, traicionaron sus ideales y se sumaron a la corriente de genuflexos que no puede decirle que no al mandatario, en su caso por miedo.
Inolvidable la confesión de Buxadé de que “desde más arriba” le habían ordenado firmar un recurso contra Juan Carlos Mondragón.
Patética la forma en que ahora Franco Rodríguez quiere asumir la culpa por la polémica #LeyBala.
Ambos, sin chistar, acceden a colgarse la etiqueta de tontos, con tal de lavarle la cara al artífice de tales irregularidades: Moreno Valle.
¿Eso es lo hace ActivatexPuebla, ser semillero de bufones?
Por lo mientras, poner ridículas piedritas e impulsar a agachones como diputados, confirma que sí: que es un chiste, una farsa.
Lejos se ha quedado de los principios bajo los que se dice regir:
“Buscamos lo que nos une, no lo que nos separa.”
Generamos mensajes de corresponsabilidad.”
Damos prioridad a la agenda común sobre la agenda propia.”
Pasamos de la protesta a la propuesta.”
Trabajamos por roles y no por jerarquías”.
No importa quién, sino cómo nos gobierne”.
El chiste se cuenta solo.