Si creías que las nuevas tecnologías y los dispositivos inteligentes iban a terminar con “viejas” tradiciones del mundo impreso, tenemos que decirte que no es así. Y para prueba un álbum. Sí, ese que seguramente le has visto a tu hijo, a tus sobrinos y hasta a tus compañeros de trabajo y colegas: el álbum del Mundial de Brasil 2014.
Con la cercanía de la máxima justa futbolística y la fiebre global por todo lo que sea futbol, hay un pasatiempo que ha sobrevivido a la digitalización y consiguió alejar a millones de sus smartphones y tablets para lograr el cometido de coleccionar las 648 estampas que conforman el álbum impreso por Panini Group, firma italiana que imprime las figuritas desde el Mundial de México 1970.
Millones de aficionados del balompié, desde niños hasta adultos, han hecho del pasatiempo de las estampas un fenómeno de culto y un multimillonario negocio para el grupo italiano, pues coleccionar y completar dicho álbum se traduce en al menos un gasto promedio de 1,000 por persona, según una estimación realizada por El Financiero.
Pero reunir las figuritas de jugadores (como Lionel Messi, Neymar, Cristiano Ronaldo o Wayne Rooney) se ha convertido en toda una experiencia, que incluso trasciende la mera dinámica de comprar sobres, llevando a los coleccionistas a canjear estos cromos en oficinas, patios de escuela, foros online, ferias improvisadas y hasta en sus redes sociales.
Mexicanos, coleccionistas a discreción
México no está exento de la fiebre mundialista, y mucho menos de la ansiedad por llenar este álbum, y si bien es una tarea que requiere tiempo y cierta suerte, también necesita de al menos 1,000 pesos, seis Coca-Colas y la compra de un balón de oro.
La estimación de El Financiero, basadas en distintos casos, destaca que la forma más rápida para juntar todas las estampas es comprar una caja (la cual cuenta con 100 sobres, esto es, 500 cromos) con un valor de 600 pesos, con lo que cada figura cuesta 1.20 pesos. Pero esto no garantiza que se pueda llenar al 100% el álbum, sino cerca del 57%, por lo que se necesitaría al menos comprar otra caja (600 pesos más) para completar el cuadernillo.
No obstante, podría darse el caso de aun así tener que comprar algunos sobres (cuyo precio va de los 6 hasta los 10 pesos según el lugar donde se adquieran), o bien recurrir a la estrategia de intercambiar las estampas repetidas con amigos, familiares u otros coleccionistas.
Y para esto se han realizado diversas dinámicas y opciones, que van desde intercambiar entre compañeros de escuela o trabajo –donde puede ser de una pieza por otra o de más por algún cromo más codiciado o “difícil” de encontrar–, hasta acudir a centros como Río Blanco, en la delegación Venustiano Carranza, y en Coyoacán, donde se ha desarrollado un mercado secundario de estampas y es posible adquirir sólo las faltantes.
Aquí los precios van desde 2 pesos por una estampa común, hasta 5 pesos por los escudos de los equipos, es decir, cuatro veces el precio comercial.
Pero todo eso no es suficiente para llenar este álbum, pues quedan pendientes los ochos cromos de Coca-Cola que se ubican en la contraportada del álbum. Para conseguir estas estampas es necesario comprar en la “tiendita” una Coca-Cola de 600 mililitros y pagar 4 pesos más a cambio de un sobre de cinco piezas, de las que sólo una pertenece a la serie de la marca.
Es decir, para completar solo la parte posterior del álbum es necesario comprar al menos ocho Coca-Colas, lo que eleva la inversión en 78 pesos, sin estimar que no salgan repetidas.
Brasil, la esperanza de Panini
Pero uno de los mercados más importantes para Panini es sin duda Brasil, donde la fiebre de las figuritas logró entusiasmar a la gente con un campeonato ensombrecido por atrasos en la construcción de estadios, costos fuera de control y una cuenta de miles de millones de dólares para los contribuyentes. Y no es un secreto que conforme el Mundial se acerca el crimen va al alza en Brasil.
Si bien la empresa italiana, de Modena, no informa de sus ventas, ejecutivos confían en que el Mundial de Brasil, una nación de 200 millones de fanáticos del fútbol, batirá e implantará nuevos récords para la compañía.
Y desde su producción se puede percibir el impacto que ha generado este álbum, ya que la fábrica de Panini en un suburbio industrial al norte de Sao Paulo trabaja día y noche, enmarcadas por las ruidosas máquinas que cortan enormes planchas con las fotos de los jugadores, las mezclan y empaquetan a un ritmo de 8 millones de sobres por día.
Y la mayoría, un 75%, de los sobres se queda en Brasil, donde cuestan 1 real cada uno; y el resto es despachado a toda América Latina, donde la empresa presume que sus ventas están por encima del mismo periodo del Mundial pasado.
La compañía espera llegar a más de 8 millones de hinchas en Brasil, donde hasta la presidenta Dilma Rousseff confesó que está ayudando a su nieto a completar la colección de 640 cromos (más las 8 de la serie de Coca-Cola).
Durante Sudáfrica 2010, los puestos de periódicos de Brasil vendieron 220 millones de sobres de cromos, ayudando al país a desplazar a Alemania como el mayor mercado de Panini.
“Esta vez la expectativa es vender más de un 50% más que en 2010”, dijo a Reuters el presidente del sindicato de dueños de puestos de diarios en São Paulo, la mayor ciudad de Brasil, José Antonio Mantovani.
Y la cifra parece totalmente alcanzable, ya que el deseo e interés despertado por este álbum y sus estampas ha sido tal que hasta un camión que transportaba 300,000 cromos fue robado en Río de Janeiro. Y a muchos coleccionistas esto les preocupó que causara una escasez de producto. No fue así.
Faltan menos de 40 días para el inicio de la Copa del Mundo (el 12 de junio), mismos que tanto los aficionados aprovecharán para completar su cuadernillo, como Panini para alzarse como uno de los finalistas en esta edición del máximo evento futbolístico del mundo.
Fuente: AltoNivel