Se trata de “La Cosmopolitana”, cuyo domicilio fiscal se ubica en Calle Lago Zurich 519, colonia Francisco I. Madero, Delegación Miguel Hidalgo, 11480 Ciudad de México, Distrito Federal y a quien el gobierno del estado, a través de la Secretaría de Seguridad Pública estatal (SSP), benefició con este contrato de manera directa y sin licitación de por medio.
Según su publicidad, la empresa “cuenta con más de 40 años en la industria del abastecimiento de productos de calidad e inocuos para la salud pública tales como: cárnicos (res, cerdo, pollo), pescado, mariscos, productos lácteos embutidos, abarrotes, granos, semillas, frutas y verduras, principalmente este servicio se proporciona en Hospitales, Guarderías, comedores industriales y Centros Penitenciarios en toda la República Mexicana, así como en los Sistemas Integrales para el Desarrollo Integral de la Familia (D.I.F.) Estatales o Municipales”.
Hasta ahí, muy bien.
El problema es que toda esta experiencia y calidad en el servicio no se refleja en Puebla, porque la propia SSP ha limitado los alcances y la calidad en el servicio.
Me explico.
La empresa ha recibido la indicación de la dependencia estatal de que, en el caso de la alimentación de cerca de 7 mil 500 policías, únicamente se les siga sirviendo el mismo menú de hambre que venía proporcionando Casa Álvarez, empresa ligada a Facundo Rosas, titular de la dependencia y Alberto Valencia Velazco, Coordinador General Administrativo:
Atole y pan en el desayuno, spaghetti o arroz, una naranja y un Frutsi en la comida y pan de dulce con café para la cena.
Nada más.
Los montos, faltaba más, tampoco han variado.
La Cosmopolitana cobra desde enero, por “alimentar” a los policías, 300 pesos diarios y 350 por proveer este servicio a los más de 5 mil 400 internos de los Ceresos.
Otra vez, negocio redondo.
La línea de mando que controla todo esto en la Secretaría, tampoco ha variado mucho.
Sigue siendo Facundo Rosas la voz cantante y por el que pasa todo, absolutamente todo lo relacionado con La Cosmopolitana.
Los que operan abajo son ahora Rodolfo Canseco Villagrán, Director General de Control Policial, Pablo Rojas Juárez, encargado de despacho de Apoyo Técnico y Logístico de la Subsecretaría de Control Policial, con la supervisión de Alberto Valencia Velazco Coordinador General Administrativo, hombre de confianza de Rosas Rosas y quien tiene la encomienda de encargarse de todo lo que tenga que ver con empresas que vendan productos o presten servicios para la dependencia.
Así que, después de demostrar en este espacio las ligas de don Facundo y compañía con la empresa Casa Álvarez, hipócritamente se cambia al proveedor del servicio de comida, pero no se modifica en nada la enorme cantidad de dinero que se destina del erario para pagar la miserable cantidad y calidad de la comida que se les sirve a policías e internos de reclusorios.
Mucho menos el jugoso negocio que esto representa.
Gatopardismo puro.
