Como se sabe, la fortaleza económica del estado de Puebla se basa en los sectores terciario y secundario, y de éste último destaca el ramo automotriz y autopartes. Entre ambos sectores generan más del 60 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Visto así, muy general, se supondría que es considerable el beneficio económico para los millones de poblanos.
Sin embargo, la problemática económica nacional de los últimos años repercutió -lógicamente- en el estado y a eso hay que sumarle la inadecuada aplicación de recursos púbicos (federales y estatales), el resultado es el rezago socioeconómico que registra la entidad.
Entre los años 2004 y 2009 el estado de Puebla registró un notable crecimiento de establecimientos económicos de 165 mil 237 pasó a 309 mil 157 establecimientos (comercios, industrias, servicios, escuelas, sector paraestatal). Es decir un incremento del 87 por ciento, según los Censos Económicos de esos años.
Pero, cantidad no necesariamente es igual a calidad.
Los establecimientos que más proliferaron fueron los del sector terciario, fundamentalmente comercio y servicios personales. Ello no implica que todos sean formales, sino que algunos se realizan a partir de los recursos en los hogares pero no se constituyen de forma independiente a esos hogares; no están formalmente declarados ante el fisco o seguridad social y, por supuesto, no tienen prácticas contables convencionales.
Se estima que alrededor de 200 mil de esos establecimientos son formales, y en su gran mayoría son medianos y pequeños.
Pero si se ve la estructura del mercado laboral reportada en 2013 con base en ese universo de establecimientos económicos, resulta que está depauperada.
Datos oficiales al cierre de 2013 señalan que de 2 millones 700 mil poblanos que integran la Población Económicamente Activa (PEA), 1 millón 375 mil se desempeñan en el sector terciario, 525 mil en el secundario y 701 mil en el sector primario.
Y si sólo nos concentramos en los que laboran en los sectores terciario y secundario (1.9 millones), resulta que 54 por ciento está en micronegocios, 17.5 en pequeños, 11 en medianos y sólo 6.4 por ciento trabaja en grandes establecimientos.
Aún más de esos 1.9 millones de poblanos que trabajan alrededor 800 mil están en la informalidad.
Por ello, cantidad no significa necesariamente calidad.
La existencia de tal cantidad de negocios permite medio-subsistir a millones de poblanos; obtienen un bajo ingreso y laboran más de las 48 semanales.
Muchos de tales establecimientos no alcanzarían los parámetros de productividad y competitividad.
En consecuencia, el nivel de vida de miles de poblanos es bajo, de ahí que Puebla esté como el tercer estado más pobre del país, y la capital del estado sea la zona urbana con más pobres a nivel nacional con poco más de 700 mil personas.
Los Censos Económicos 2014 serán la radiografía de la estructura económica de Puebla, no sólo de cuántos establecimientos existen en todo el estado, sino también su tamaño y sector en el que se ubican.
Después de cinco años de un lento crecimiento (2009-20014) será muy revelador el tipo de establecimientos que sustentan la economía poblana y del que viven los 6 millones de habitantes.
Los Censos Económicos debieran ser la oportunidad para que empresarios y gobierno replantearan sus planes de trabajo si es que -como lo han dicho- sus propuestas, sus acciones, sus inversiones son para “cambiarle el rostro a Puebla”, para llevar a Puebla a lugar donde debe estar.
Casi 4 mil encuestadores
Mientras tanto, según datos proporcionados por la Delegación Oriente del Inegi (Hidalgo, Puebla, Tlaxcala, Veracruz) en los Censos Económicos participan en la región 3 mil 784 personas.
De ese total 564 recorren Hidalgo; 1 mil 458 Puebla; 330 Tlaxcala, y 1 mil 432 Veracruz.
Es un empleo temporal (4 meses), son personas que estaban en el desempleo y que podrán contar con un ingreso durante 120 días.
Destaca que la mayoría son mujeres 2 mil 12 en total, y 1 mil 660 hombres.
Además, el 80 por ciento de los encuestadores tiene entre 26 y 50 años de edad; y de ellos sobresale quienes tienen entre 31 y 40 años.
Durante cuatro meses 3 mil 784 personas abandonarán las filas del desempleo; un dato más que podría tomar en cuenta el gobierno para su política económica.