En foros mundiales y del país, el mandatario poblano se muestra afable, condescendiente, sabe escuchar, acepta el intercambio de ideas, se declara demócrata, promotor de las alianzas para ganar, cede posiciones, se transforma en operador de sus enemigos ideológicos, respeta investiduras, dialoga, se abre a la crítica y, simplemente, es otro.
Con los medios de comunicación, sobre todo electrónicos, asiste sin queja, debate y se presenta tolerante. No existe invitación que rechace de sus homólogos gobernadores o políticos para celebrar algún cumpleaños, así sea en el lugar más apartado.
Es el prototipo del político moderno.
Pero oooooootra es la realidad en su estado, donde es irascible, intolerante, no sabe escuchar, tampoco acepta el intercambio de ideas, no es un demócrata, es promotor de las coaliciones para ganar él y su burbuja morenovallista, ninguna posición cede; es más: cuando pierde, empata.
Es implacable e impecable con sus críticos y enemigos ideológicos, no respeta investiduras de los poderes legislativo y judicial y menos de los alcaldes. No dialoga, impone. Jamás se abre al debate, es el mismo.
El prototipo de un cacique moderno que usa la información para infundir miedo y en el temor del adversario se nutre su estilo personal de gobernar.
Un alto funcionario federal reveló al reportero que una cosa es la que va al DF a decir y otra la que hace en Puebla.
Dos caras, misma moneda.
A los medios poblanos los lleva hasta sus oficinas en Casa Puebla para entrevistarlo con un guión, donde se borra cualquier crítica o incomodidad. Hace esperar horas a los periodistas y los recibe en carrusel.
Fuera de casa es transparente, dentro es opaco.
Su modelo de gobernar, vía los Centros Integrales de Servicios, reconocidos a nivel internacional, hoy contrastan con la pobreza apabullante que tiene a Puebla en el tercer lugar nacional de marginación.
La rueda de la fortuna más grande del mundo lleva más tiempo parada que en funcionamiento.
En el país, Puebla es un estado tan seguro que la plaza está caliente y cada vez son más los delitos que se cometen.
Los espejos que muestra fuera esconden realidades que no se han podido superar. Baja la deuda directa, pero aumenta la indirecta vía los PPS.
Nunca se erradicó el cobro de comisiones a proveedores y constructoras por magnas obras.
El maximato cada vez toma más forma.
Y nadie puede ni quiere remediar.
Los contrapesos fueron eliminados uno por uno.
Bienvenidos a Puebla, señores gobernadores y presidente.
