En este espacio ya habíamos advertido del riesgo que se corre de que cientos de negocios cierren de forma definitiva y que los propietarios se vayan a la economía informal, a laborar desde sus casas para evitar la carga impositiva y los múltiples trámites que deben efectuar.
El Régimen de Pequeños Contribuyentes (Repecos) era relativamente fácil de manejar para micro y pequeños negocios, pues declaraban conforme a un tabulador de ingresos anual.
Su declaración la realizaban con el apoyo del personal del SAT o de algún contador,
Son negocios que no llevan un estricto control de ingresos y egresos, mucho menos manejan caja registradora o dan notas a los consumidores.
Con la reforma fiscal que entró en vigor este año, desparece el régimen especial de Repecos y todos estos contribuyentes deberán pasar al régimen general, que significa declarar el IVA, el ISR; además, tener perfectamente registrados a sus trabajadores. En suma, deben llevar una estricta contabilidad del establecimiento.
Una de las características de la mayoría de estos causantes es su bajo nivel de educación, lo cual dificultará seriamente su transición, pese al plazo de casi diez años que dio la autoridad fiscal.
Además, muchos de ellos tendrán que invertir en equipar su establecimiento para administrar mejor su negocio, desde instalar la caja registradora computarizada, y acostumbrarse a llevar un estricto control de sus ingresos y egresos, dar notas o ticket de venta a los consumidores.
En este régimen se encuentran, misceláneas, reparadores de ropa o calzado, talleres mecánicos, carpinterías, plomerías, talacherías, panaderías, pequeños hornos de pan, recauderías, tiendas de regalos, papelerías, estéticas y un sin fin de negocios.
De ahí que la labor del SAT debe intensificarse para capacitar a todos estos micro y pequeños dueños de negocios, así como las Cámaras empresariales, como la de Comercio y la Canacintra, para capacitar a sus socios y ofrecerles realmente un servicio.
Un buena parte de la economía depende de este tipo de establecimientos, son el sostén de miles de familias, son los famosos “automepleados”.
Si bien es cierto que algunos de ello aprovechaban al máximo el beneficio de ser Repecos, porque su declaración resultaba menor a lo que realmente ingresaban, lo cierto es que ahora al ser considerados causantes regulares, muchos pueden quedarse en el camino.
En el caso de Puebla se dice que son 171 mil Repecos los que deberán transitar al régimen regular, de ahí que sea un reto para la autoridad fiscal que todos se mantengan en la lista de contribuyentes, cifra que resulta poco más de la mitad del total de contribuyentes que hay en el estado registrados por el SAT que es de unos 245 mil poblanos.
Baste recordar que en Puebla son alrededor de 2 millones de personas que laboran en la economía informal, es decir que no tienen prestaciones sociales, su ingreso es irregular, y algunas ni siquiera declaran impuestos desde hace varios años.
Dicha cifra contrasta con aquellas personas que sí laboran en la economía formal, de acuerdo al IMSS son apenas 500 mil poblanos lo que están registrados, que cuentan con un salario fijo y con prestaciones sociales.
Así que lograr que todos los Repecos pasen a ser contribuyentes regulares y no se pierdan en el camino, es un reto para las autoridades fiscales, de lo contrario en unos dos o tres años veremos el fracaso de dicha política federal, con una economía informal creciente.