De nada ha valido que el propietario esgrima como pretexto que es primo de Jorge Aguilar Chedraui.
Entró a la administración morenovallista como proveedor de servicios de publicidad, venta de papelería, impresión a gran escala y todo lo que pudisese ofrecerse, principalmente para las Secretarías de Salud e Infraestructura.
Para evitar suspicacias, Industrias Aranza factura con otros nombres: Torche, IEPSA, Alegra, Arctic Cat, Edizión Digital, etc…
En diciembre pasado y sin mayor explicación, desde la Secretaría de Finanzas le regresaron algunas facturas y le dijeron que ya no había recurso para pagárselas, que todo el dinero disponible ya había sido liberado.
En situación similar se encuentran otras empresas proveedoras de diversos servicios para diversas dependencias, que tampoco han podido cobrar sus facturas pendientes del 2013 y que cuando acuden a cobrarlas a Finanzas, los despachan con el escueto: “ya no hay”.
Y éste no es el único caso, pues no sólo en Gobierno del Estado pasa esta situación.
Se replica en otras entidades como el Soapap, el Instituto Electoral del Estado y en el poder judicial.
¿Se imagina cuánto dinero quedaron a deber?
Y lo que es más importante, ¿a dónde fue a parar?
El Mapache investiga.
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