Hasta ahora no hemos visto mucho, ya lo sabemos. Y el anuncio rimbombante del lunes de la mentada reforma energética –que no es otra cosa que permitir que haya inversión privada en varias áreas en que la chatarra de PEMEX ya no puede funcionar- crea demasiadas expectativas… que quizás no se vean cumplidas en la realidad.
Porque prometer que bajarán los precios de luz, gas y otros insumos básicos de la población, o que habrá millones de empleos para los próximos años, o que la economía ahora sí crecerá varios puntos porcentuales de PIB… no cuesta nada. El problema es llevar a la realidad esos sueños.
Y reitero, no es que no haga falta una profunda revisión a la actuación y funcionamiento de PEMEX, con su nefasto sindicato y empleados que ganan miles y miles de pesos sin hacer nada. El detalle estriba en que la cacareada reforma efectivamente mejore la economía familiar de los mexicanos.
Porque junto con la reforma energética vendrá en poco tiempo la reforma fiscal que también urge. Pero aquí hay otro detalle. Al parecer el gobierno quiere disponer de más recursos mediante el aumento de impuestos y no el crecimiento de la base gravable. Vaya, nos quieren abrochar con más IVA y más ISR a los que de por sí pagamos impuestos y no hacer pagar a la bola de cabrones que no pagan un centavo (ambulantes, informales, burócratas y políticos que siempre se las arreglan para que su sueldo sea por “compensaciones”).
Entonces, no sé cómo el gobierno federal va a tener contento a un pueblo jodido, mediante una fantasiosa reforma energética que supuestamente nos hará muy felices a todos… pero aumentando impuestos.
Los países desarrollados cobran impuestos y muy bien… el problema es que todos sabemos a dónde va a parar el dinero que el fisco mexicano recauda: a los bolsillos de los políticos rateros que se las ingenian para robar haciendo obras y pidiendo una y otra vez créditos para sus gobiernos… cualquier parecido con algo de aquí cerquita es pura coincidencia.
Así pues, el gobierno priísta tendrá lo que resta de este año y el 2014 para demostrar a los ciudadanos que son un buen gobierno, que mejoró efectivamente la economía nacional y no subió impuestos injustos. Pero no veo cómo pueda hacerlo, porque todo lo que vemos hasta hoy se dirige en sentido contrario.
Y al PRI le puede pasar en 2015 exactamente lo que le sucedió al PAN en las dos elecciones intermedias (2003 y 2009) de los sexenios de Fox y Calderón: Perder decenas de Diputaciones del Congreso Federal, en una especie de referéndum a la mitad de la gestión de Enrique Peña Nieto.
¿Podrá pasar? Es una posibilidad real.
Aunque hoy los priístas poblanos se hacen ilusiones (natural) de que “ahora sí” en 2015 el Presidente operará “con todo” para ganar Diputaciones federales y arrebatarle espacios al Gobernador Moreno Valle, la verdad es que dependerá de otros factores (ya mencionados) el que los electores le regalen otra vez confianza a los abanderados tricolores en Puebla.
Eso sí (posibilidad también real aunque más lejana), si el gobierno de Peña Nieto da resultados palpables en los bolsillos de los mexicanos, la Cruzada vs. el Hambre realmente funciona y no aumenta impuestos… el PRI bien puede ganar un buen número de curules, en todo el país y desde luego en Puebla.
La pregunta entonces sería… ¿Esta vez sí habría buenos candidatos (en el PRI pues)? Porque los del Gobernador ya se están preparando. Varios son muuuy conocidos ya.
Y claro, si en 2015 pierde el PRI y Peña Nieto, pueden irse despidiendo de la Presidencia en 2018, ante el acecho del lobo (¡que mello!) del que ya hemos hablado aquí mismo.
LA NOTA AL PIE…
Me aclara amablemente en twitter el Senador Javier Lozano Alarcón que mi insinuación de que quiere un cargo en el Gobierno Federal o un eventual retorno a las filas del PRI, es totalmente falsa.
Muy bien. Guardaré ese tweet y si llega a hacer falta lo recordaré algún día.
twitter: @rodolforiverap