19-05-2024 10:25:44 AM

El verdadero culpable de la derrota del PRI

alpie07

Es natural y pasa en todos lados y con todos los partidos. Baste ver cómo se han aventado calabaza los panistas ante la derrota federal del 2012. Distintos grupos se han culpado entre sí: los calderonistas que Josefina Vázquez Mota fue pésima candidata, los josefinistas que el Presidente la abandonó, muchos solicitaban la cabeza del líder nacional Gustavo Madero… Hoy siguen haciendo “análisis” de su triste derrota.

Entonces, pues, es normal que después de una paliza electoral venga la feria de culpabilidades y traidores.

Veamos lo ocurrido en Puebla (capital, porque en el Estado hay muchos sitios donde sí ganó el PRI… por supuesto municipios no muy importantes).

La derrota del PRI en la capital no puede ser atribuible a un solo factor o a un solo traidor.

El PRI no perdió porque Dóger o Zavala hayan traicionado a sus dirigentes por sus rencillas personales con ellos… aunque sus ausencias fueron un factor que sí pesó en el recuento final de los daños, al no movilizar sus estructuras.

El PRI no perdió porque Pablo Fernández o Fernando Moreno Peña hayan vendido candidaturas (en la mayoría de los Municipios y distritos los más quejumbrosos de que no fueron ellos los candidatos fueron siempre los que estaban en los últimos lugares de las encuestas, en serio…normal). Más bien el error de los dirigentes fue creer la fantasía de que los “operadores yucatecos” y foráneos iban a lograr un trabajo extraordinario movilizando cientos de miles de votantes. Puro cuento.

Enrique Agüera no perdió porque haya sido un mal candidato –al contrario, creo que siempre tuvo una muy buena conexión con la gente sencilla de colonias populares-, más bien porque creyó que los grupos que decían apoyarlo lo harían (dizque disidentes del SNTE, los antorchos y varios más que ya aprendieron a jugar doble y… a cobrar doble) y sobre todo porque creyó que con su estructura de la BUAP podría ganar el Municipio, cuando eran cosas muy distintas.

Sumemos también la escasez de dinero que jamás llegó supuestamente del Gobierno federal (simplemente porque al Presidente no le interesaba tanto esta elección local, punto), una muy mala publicidad con mensajes bastantes confusos, mala planeación de campaña, puntadas de dizque estrategas foráneos…

En fin, el PRI no perdió por las traiciones o incapacidades, aunque mucho tuvieron que ver.

No. En una elección no solo se pierde por los errores propios sino por los aciertos del otro.

El PRI y sus candidatos perdieron porque en el bando contrario hicieron bien su tarea. El Gobernador fue el cerebro de la estrategia y como en 2010, si tenía que hacer 10 cosas para ganar la elección… hizo 20. Vamos, no dejó cabo suelto.

Una reforma electoral y redistritación a conveniencia; unos partidos nuevos paleros; un Instituto Electoral de empleados; candidaturas comunes a modo; cooptación de grupos priìstas inconformes y candidatos enojados; votantes golondrinos reclutados desde muchos meses antes… Una campaña de posicionamiento de sus candidatos iniciada desde mucho tiempo atrás; promoción permanente de sus obras; un diseño de publicidad uniforme, buenos spots, buenos mensajes (sobre todo despertar en los poblanos el antimarinismo). Y desde luego, toneladas de billetes para mantener todo ese aparato y movilizar votantes el día de la elección.

No. El PRI no perdió solo por sus traidores e incapacidades, no se devoren entre sí, aunque todos se traigan ganas. También y en mucho mayor medida, por la obsesión morenovallista de ganar ésta, que era su elección. De la que dependía su futuro y sus planes.

Echemos en una licuadora todo lo que le acabo de mencionar –tanto errores de unos como aciertos de los otros- y entonces tenemos el resultado de la elección.

¿Cómo podía ser de otra manera?

Eso sí, ya aprendan la lección ¿no?

twitter: @rodolforiverap

jriverp@yahoo.com

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