De por sí, desde 2010, ya controlaba al Congreso por la abulia y pavor que le profesan los Diputados del PRI y de otros partiditos, pero ahora lo hará en la realidad y sin tener que gastar tanto.
También controla al organismo electoral, a la Comisión de Transparencia (la mentada CAIP, pues), a los Magistrados del Poder Judicial del Estado, a los organismos empresariales que se la jugaron con la muy manipulada organización dizque ciudadana “Actívate X Puebla” y a la enorme mayoría de los medios de comunicación en todo el Estado.
¿Terrible? ¿Asqueroso?
Para nada. Eso exactamente logró y hacía el marinismo hace seis años (en 2007 también logró carro completo en el Congreso local ante el aplauso y algarabía de todo mundo). Y los demás Gobernadores priístas sin excepción.
O sea, no hay que espantarnos de nada. He escrito y repetido siempre que después de la alternancia en la Presidencia de la República –que no transición democrática- los Gobernadores se convirtieron en virreyezuelos en sus respectivos Estados, donde controlan toda la vida política, económica y social, sin que ocurra absolutamente nada.
Bueno, sí hay diferencias en Puebla con respecto a lo que pasaba en el marinismo o melquiadismo o bartlismo.
Antes, los panistas gritaban y vomitaban los excesos de los Gobernadores tricolores. Denunciaban los abusos de poder, los carros completos, la falta de equilibrios, el control absolutista de las autoridades estatales. A mí me invitaban –como a varios amigos más dizque “analistas políticos”- para dar conferencias en organismos empresariales, clubes de servicio, Universidades y muchos Foros más, para todos quejarnos de las perversidades del sistema político priísta y en catarsis colectivas, rumiar que algún día cambiarían las cosas.
Y vaya que cambiaron.
El PAN solo pudo ganar una elección estatal –y ahora el resto en los principales Municipios- llevando como candidatos ¡a priístas! En la enorme mayoría de los casos. O sea, los que antes eran asquerosos, corruptos y bandidos, ahora son demócratas, luchadores sociales y extraordinarios candidatos… porque contienen bajo las siglas del PAN.
Como dijera Derbez: ¡Que alguien me explique!
Los organismos empresariales que antes criticaban puntuales los excesos y la maldita falta de equilibrios políticos en Puebla, ahora festejan enardecidos que el morenovallismo logró “carro completo” y que perdurará su extarordinaria influencia per seculaseculorum.
Oigan…¿No están siendo medio incongruentitos?
Los medios no han cambiado casi nada. Solo de dueños. Antes festejaban al marinismo y ahora al morenovallismo. Sin comentarios.
En otras palabras, sí cambió Puebla. Pero solo de siglas de partido en el poder. Los excesos siguen y se acentúan. Solo que ahora los que festejan son los que se quejaban ayer.
Hace un par de años escribí aquí mismo sobre el clásico de Lampedusa “Il Gatopardo”, novela que entroniza el apotegma de los políticos pragmáticos –y sinvergüenzas también-: “Que todo cambie para que todo siga igual”, como expresaría el sobrino dilecto del Príncipe Fabrizzio di Salina. Reléanla, está buena.
Pero hay un pequeño detalle. La gente ya está hasta la madre. Observemos los niveles de abstencionismo brutal (quien “ganó” sólo lo hizo con el 21% real de los ciudadanos), que son sinónimo de hartazgo hacia una clase política que solo se ha reciclado y cambiado de siglas de partido, pero siguen siendo los mismos cínicos de siempre.
Cuando no hay contrapesos, comienzan los excesos. Pregúntenle a los marinistas y acuérdense cómo terminaron. Y aquí mismo lo escribí entonces, no es baladronada de ahorita.
Pronto veremos aparecer nuevas opciones, se los aseguro. Ya vienen otros… espero.
twitter: @rodolforiverap
