Javier Lozano Alarcón sigue presumiendo su etiqueta de calderonista, fue parte del gobierno panista que dejó a México bañado en sangre por su guerra fallida contra los cárteles del narco y sus brazos armados.
En la mente de los mexicanos, fue Calderón (su gobierno y por ende todos los que formaron parte de él) el que alentó que ese mal creciera y se asentara en México.
Sería muy ingenuo pensar, entonces, que ese delicado tema no se le revierta en contra al candidato de la coalición encabezada por el PAN, precisamente.
Además, Lozano Alarcón hizo sus señalamientos como vocero de la coalición, y cómo tal, es portavoz del propio candidato y de su equipo de campaña. ¿Eso es verdaderamente lo que piensa Antonio Gali Fayad?
Segundo, el contexto.
Justo cuando hay un debate nacional por la forma en que los cárteles se han enquistado en la vida polìtica del pais, maximizando su presencia al grado de alentar señalamientos en torno a que financiaron campañas, como la de Michoacán, por ejemplo, donde presuntamente ahora están cobrando facturas.
Involucrar al delegado del CEN priista, Fernando Moreno Peña, en un asunto delicado como ese, deja abierta la puerta para que empiecen a haber señalamientos sobre financiamientos oscuros, los cuales tendrán sin duda que probar fehacientemente que de no hacerlo, meterán a su candidato en una espiral descendente de descrédito y nula credibilidad.
Tercero, por las consecuencias.
Lejos de blindar a Gali Fayad, Lozano lo sirve en bandeja de plata a sus detractores, quienes sin duda lo interpretarán como un cheque en blanco para empezar a meterse en terrenos más sinuosos y personales en contra del abanderado, que ya ha denunciado agresiones directas contra su familia.
Más si tienen francotiradores expertos en la guerra asquerosa.
Lozano Alarcón asevera que sus dichos están perfectamente documentados y que en breve se hará la denuncia penal formal, pero hasta entonces, quedará como una declaración temeraria y estridente, nada más, que en nada abonará de manera positiva a los números de Gali.
Balazos en el pie
Lo que en un principio representó un ejercicio de transparencia, se ha convertido en un estiercolero.
Abrir el tema de la declaración patrimonial fue, en principio, un punto a favor de Tony Gali.
Metió en un brete a Enrique Agüera, quien una y otra vez había dicho que no era necesario hacerlo una vez, pues como rector de la Buap ya la había presentado.
Sin embargo, el millonario monto declarado por Gali le ha generado un sinnúmero de críticas y cuestionamientos sobre el origen del mismo.
En contraparte, la suma informada por Agüera también le ha ocasionado muchas críticas por lo inverosímil y poco creible que refleja.
Para ambos candidatos, sin duda, declarar su patrimonio fue meterse un balazo en el pie.
Tal vez por eso el esperado debate entre ellos está cada día más lejos.
No quieren hacerse el hara kiri.
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