Pero hay una gran diferencia entre las campañas negras y las campañas idiotas que sólo dejan en ridículo a quienes se prestan a ellas y en nada abonan al candidato (o al equipo) que la orquestó.
Muy alejadas de las bravatas del delegado priista Fernando Moreno Peña, que sí han vuelto locos al IEE y a la coalición Puebla Unida, quedaron las dos expresiones oportunistas que esta semana pretendieron revivir el affaire Gali-UDLAP, mismas que quedaron en eso: expresiones ridículas.
Tanto las “Madres Indignadas 10 de mayo” como el grupo de estudiantes ajenos a la UDLAP que se pronunciaron en contra de Tony Gali acusándolo de intolerante, represor, facista, etc; no ocultaron las huellas priistas detrás de su proclama y sus banales argumentos no pudieron sostener la farsa.
Campaña tan idiota como la que enderezó el voz-cero de la coalición, el senador Lozano Alarcón, que pretendió endosar el bochornoso caso de la UDLAP al ex gobernador Mario Marín Torres, sin argumentos y pruebas de por medio, tan sólo por la necedad de decir algo y desviar la atención a la participacíón del ex mandatario en la campaña agüerista.
Tanto los primeros como el segundo se colgaron de un hecho vergonzoso, sí, pero que no prendió tanto como esperaban sus autores, pues se dio en viernes y pudo haberse muerto el mismo fin de semana; y lo volvieron a subir a escena.
Cómo dice el clásico de Ciudad Juárez: ¡Pero qué necesidad!.
Es por este tipo de campañas idiotas que sus autores le hacen un flaco favor a sus respectivos candidatos, pues los primeros en nada ayudan al ex rector de la Buap que apenas y dedicó un guiño al tema y el segundo atizó el fuego contra Gali, que ya había sepultado el asunto al aseverar que no pediria acción alguna contra sus juveniles detractores.
De pena ajena tanto las damas en cuestión como los chavos que salieron a denostar y a defender a Gali pues sólo se quemaron como paleros que demostraron que son capaces de salir a escupir estulticia a cambio de un cilindro, un llavero y un microperforado para su auto.
Golpes de timón
A casi dos semanas de haber iniciado campañas, llaman la atención los apretones de tuercas que han realizado los dos candidatos en sus respectivos equipos de campaña, específicamente en sus áreas de comunicación.
En el equipo de Enrique Agüera generó ruido que se anunciara que ya no invitarían a los medios de comunicación a sus eventos.
Sea por una mala interpretación o por una estrategia inicial fallida, pero esta medida causó escozor entre los reporteros que cubren la fuente y burlas por parte de los opositores, quienes le endilgaron el mote de intolerante con la prensa, con el señalamiento directo a su nuevo asesor, Emilio Trinidad Zaldivar.
Tras 24 horas se reviró la instrucción y de nuevo volvieron a enviar la agenda de actividades a las redacciones y todo quedó, para fortuna del candidato, en un pequeño desaguisado.
En la casa de enfrente, Tony Gali decidió cambiar a su enlace de medios: Jorge Machuca abandonó la posición y en su lugar quedó Nacho Dávila, ex director de comunicaciòn social del Ayuntamiento.
Detrás de esta decisión están algunas pifias que Machuca Luna cometió durante la primera semana y que comenzaron a generar reclamos por parte de los reporteros de la fuente, quienes lamentaron la incapacidad e insensibilidad del otrora jefe de prensa de la sala de regidores.
Habrá que ver en los próximos días quién sale mejor beneficiado con estos cambios.
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