Por supuesto, entre éstas hay de todo: serias, profesionales, con prestigio, con trabajo de muchos años (en el BEAP estamos cumpliendo 14 años de trabajo en Puebla y todo el país) pero también… últimamente han aparecido como hongos muchas más, quizás algunas integradas por muchachos inteligentes pero sin experiencia alguna y lo peor: un buen de vivales que ahora resulta que son expertos encuestadores y que están engañando literalmente a inocentes precandidatos (no pocos dizque periodistas o reporteros que en muchos Municipios ahora son “encuestólogos”).
Está bien. Cada quien decide a quién contratar, de acuerdo a su presupuesto o a las referencias que tenga de la empresa. Yo siempre he dicho que, como en todas las profesiones, lo importante no es que te llamen para un trabajo… sino que te vuelvan a llamar una y otra vez. Y como dice mi cómplice Alejandro Mondragón: “No hay que temerle a la competencia… sino a la incompetencia”.
El suplicio de los procesos internos
Pero ese no es el tema de esta columna.
Decía yo que hay una inquietud febril por encargar encuestas para saber quién es el mejor “posicionado” en decenas y decenas de Municipios. Qué bueno, porque hay mucho trabajo para nosotros. Pero lo que sí percibimos en el BEAP es que hay una profunda ignorancia sobre para qué sirven realmente las mediciones demoscópicas.
De entrada, los precandidatos desconocen –por ignorancia no culpable- lo que es la Teoría del Muestreo y lo que significa la probabilidad y la estadística. Algunos medio lo intuyen, pero en general no entienden -y desconfían- cómo es posible que con un número pequeño de entrevistas comparado con el número de habitantes de un Municipio, pueda inducirse una tendencia representativa y una preferencia electoral, o un posicionamiento de un personaje (vaya, si lo conoce la gente o no).
Pero eso no es lo peor, sino la insufrible situación una vez que se presentan resultados: Todos los que no resultan ser el personaje con mejores porcentajes de conocimiento e intención de voto, rechazan el trabajo. Que estuvo mal, que el que quedó en primer lugar seguro pagó por ello y total… que el encuestador queda como el cohetero: Con todos queda mal.
Mi pregunta siempre es: ¿Para qué ca…rambas encargan encuestas si al final no van a reconocer los resultados? ¿Por qué el encuestador es lo máximo si yo quedo como puntero en los resultados de intención de voto, pero es un idiota, vendido y mil cosas más si yo no fui el primer lugar? Chistosos, como todos los políticos.
Pero este tampoco es el tema de la columna…
¿El ciudadano vota por las obras?
En fin. En el BEAP hemos estado realizando estudios de opinión desde hace varios meses (bueno, ininterrumpidamente desde hace más de 10 años en Puebla capital) en este Municipio capitalino y hoy puedo concluir varias cosas interesantes:
1.- Las preferencias partidistas han estado cambiando claramente. Después de la elección de 2010, el PAN llegó a tener más de 20 puntos de ventaja sobre el PRI. Esta se ha venido diluyendo y al día de hoy hay un claro empate técnico entre las dos alianzas que contenderán en la próxima elección local.
2.- Aunque la ciudadanía califica bien en términos generales a los gobiernos estatal y municipal… esto no se refleja en la preferencia partidista. ¿Qué está pasando? Hay varias hipótesis…, pero es un hecho que hay en todo el país (en el BEAP hemos estado midiendo varios Estados donde habrá elección este año) hay una “ola ascendente” (término que he manejado durante años) del PRI. Y una “ola descendente” del PAN. No quiere decir que necesariamente eso vaya a ocurrir el día de la elección, pero al menos hoy es lo que estamos registrando.
3.- Al parecer, un gobierno que hace muchas obras recibe una buena calificación por parte de la ciudadanía, aunque eso NO siempre se traduce en intención de voto para el partido que gobierna. Dos ejemplos claros: Felipe Calderón hizo un buen de carreteras y hospitales en todo el país, pero el PAN perdió la elección presidencial. Y aquí mismo, Blanca Alcalá tenía muy buenas calificaciones ciudadanas en 2010… pero el PRI perdió la elección municipal.
Así que los actuales gobernantes no deben andar pantereando (confiarse, pues) que son lo máximo en cuanto a obras: Está más que medido que eso no necesariamente atrae el voto hacia el partido en el poder. En todo el mundo está sucediendo lo contrario: La gente NO vota por lo que hace el gobernante, sino que vota EN CONTRA de lo que dejó de hacer… o hizo MAL.
Voto de castigo o hartazgo por quien gobierna, le llaman. ¿Eso estará ocurriendo en Puebla? Habrá que ver.
La velocidad electorera y sus tristes consecuencias.
Y es aquí donde centro la parte medular de esta colaboración. El actual gobierno de Rafael Moreno Valle ha hecho una gran cantidad de obras, es cierto, en tiempo récord. Todo con tal de demostrar a la ciudadanía que es un gobierno cumplidor pero también con claros afanes electorales. El gran problema es que esa gran velocidad ha provocado –naturalmente- que no pocas de esas obras o logros estén mal hechas o de plano funcionen mal.
Ejemplos clarísimos: Las obras de la recta a Cholula, cuyos distribuidores viales (Momoxpan, SAT, etc.) fueron literalmente destruidos después de que fueron inaugurados para el lucimiento del Gobernador y de su Secretario de Infraestructura, porque había que terminar el colector pluvial pendiente. Todos los que circulamos por ahí odiamos durante meses a los dos personajes por ese intencional “olvido”.
Otra: Los puentes vehiculares o distribuidores viales que han sufrido percances (caídas) en sus estructuras. Todo por las prisas de quererlos lucir con fines electoreros encabezados por el Secretario Antonio Gali Fayad, que buscaba desde el principio de la administración la candidatura morenovallista para la Presidencia Municipal de Puebla. Justamente por esa distracción del mencionado personaje, las obras han tenido esos pequeños detalles… que afortunadamente aún no provocan alguna tragedia mayor. No le busquemos más explicaciones. Esa es la razón. Punto.
Y última: El famoso Metrobús o sistema RUTA. Se hizo con una velocidad increíble. A la constructora (CEMEX) se le exigió que terminara en tiempo récord todo el tendido de concreto hidráulico. Se construyeron al vapor las terminales…Para que al final circulen por ahí solo tres o cuatro autobuses articulados y todos los demás sean viles Microbuses. Una pifia, pues; una engañifa.
Pero lo peor: Las rutas son un desastre, causan accidentes, la gente termina por no usarlas por caras y más aún, las rutas alimentadoras no fueron correctamente planeadas y ayer escuchaba yo a decenas de usuarios (en radio y otros medios) gritando su protesta porque ahora resulta que tienen que pagar quince pesos de ida y quince de vuelta diariamente (¡30 pesos diarios!) por usar el mentado Metrobús más una ruta alimentadora.
Un desastre, reitero.
Y claramente escuché a decenas de ciudadanos de Cacalotepec gritando pestes contra el Gobernador Rafael Moreno Valle y colaboradores (o ex colaboradores) que lo acompañan. Y no eran perversos acarreados del PRI ni nada por el estilo. Eran amas de casa que se lamentaban –así lo decían muy enojadas- por haber votado por los que hoy gobiernan. Así de claro.
Entonces, para finalizar. Quede la reflexión de que NO solo por obras se gana una elección. Pero si además son mal hechas, ineficientes o mal planeadas, usted saque su propia conclusión.
Y la gente recuerda perfectamente quién ha sido el autor de esas obras. Lo difundieron en cientos de espectaculares en toooda la ciudad. En BEAP medimos recientemente el impacto de la caída de estructuras de puentes hechos bajo la coordinación de Antonio Gali Fayad y la desaprobación social contra el entonces Secretario fue contundente. Si quieren se las muestro (la encuesta). No les voy a decir nada nuevo, porque ellos también midieron el acontecimiento. Lo sé, lo saben, lo sabemos.
En fin, creo sinceramente que la próxima elección municipal será definida en mucho… por el candidato. No partido, no gobiernos, no obras… Candidato. Para bien o para mal.
¡Plop!
twitter: @rodolforiverap