Y el proceso pre-electoral local que ya ha iniciado en todo el Estado no es la excepción. Ya hay cambios evidentes en las preferencias partidistas.
Porque hasta hace unos meses, las preferencias ciudadanas se inclinaban notoriamente hacia el PAN. Después de la elección del 2010, la ventaja de ese partido sobre el PRI llegó a ser de más de veinte puntos porcentuales en no pocas zonas del Estado, incluida –y destacando- la capital.
Por lo mismo, en este mismo espacio de opinión me preguntaba entonces sobre qué prevalecería en la decisión del votante poblano: la preferencia partidista claramente cargada a favor del blanquiazul o bien se inclinaría por la figura de los candidatos, que desde aquellos días los punteros en las encuestas han sido dos del tricolor en el Municipio de Puebla.
Pero para el momento actual las cosas se han modificado en este ciclo tradicional de las preferencias ciudadanas: El PRI ha recuperado terreno y hoy –tengo mediciones a la vista- aventaja en casi todos los Distritos del Estado al PAN, a diferencia de aquel ya lejano 2010. Y en la capital poblana hay un cerrado empate que a veces se rompe a favor del tricolor (lo hemos observado en el BEAP en los últimos meses de seguimiento puntual).
¿Qué pasó? ¿Por qué cambian las tendencias?
Hay muchas explicaciones, aunque, reitero, algunas –simplemente- no existen.
El Gobierno de Rafael Moreno Valle está muy bien calificado y aprobado por la sociedad. Eso supuestamente provocaría que el PAN tuviera una ventaja grande sobre el PRI o cualquier partido. Ya no es así.
Hay muchas obras… pero he observado en los últimos años en todo el país, que esas las valora el ciudadano como una obligación del gobernante. Sirven sí, pero al parecer no son definitorias para la decisión supuestamente racional del elector.
Creo que una vez más el poblano comparará personalidades, prestigio, carisma y manejo de discurso y campaña de los candidatos. Hoy más que nunca ese será el elemento que tenga más peso para los ciudadanos que voten.
Por eso, volviendo al tema original: hace unos meses me preguntaba por qué votaría el poblano, si por el partido o por el candidato. Hoy estoy casi seguro que lo hará por el candidato, porque entre los partidos hay al momento un virtual empate en las preferencias ciudadanas.
Y también por eso se nota la preocupación en el Gobierno del Estado. Su candidato más visible para
Y es que esto ya ocurrió. Esta historia ya la vimos en 2004.
El PAN lanzó a su mejor candidato, un joven Pablo Rodríguez que prometía bastante. Pero en el PRI le lanzaron al Rector Enrique Dóger y aunque el panista logró una votación histórica para su partido, el académico le ganó por 50,000 votos.
¿Por qué?
Pues porque
Pero eso no fue todo. En la campaña, Dóger fue mejor candidato que Pablo Rodríguez. Y la gente votó por el mejor candidato. Punto. Lo mismo ocurrió (con otras variables) cuando Blanca Alcalá se enfrentó a Antonio Sánchez Díaz de Rivera: Fue mejor candidata. Punto.
Por lo anterior, creo que si el Rector Enrique Agüera fuera el abanderado del PRI en la capital, sería un escenario realmente complicado para quien sea el candidato del PAN.
Un asunto entre candidatos, pues. En este interminable ciclo sin fin.
Lo que sí no sabemos es qué pueda pasar en la campaña y si los escenarios planteados se verifiquen o bien haya cambio en las preferencias. Pero creo que en el cuartel electoral que será Casa Puebla, se esperarán hasta el último segundo del último minuto para ver a quién lanza el PRI.
La pregunta es: ¿Qué estarán pensando en el PRI?
Twitter: @rodolforiverap
