Que Enrique Peña Nieto sigue con lupa todo lo que acontece en la ciudad de los camotes.
Que Pepe Chedraui sería la carta peñista para la alcaldía de 4 años y medio.
Que Enrique Doger todavía quiere pero ya se las ve negras.
Que algunos aún sueñan con Enrique Agüera.
Que no faltan los trasnochados como Oscar Aguilar que supira por centésima vez en llegar al palacio de Charlie Hall.
Que viene una limpia en las estructuras y que muchos van a salir mal librados.
¿Será?
A ciencia cierta nadie sabe, porque todo lo que ese ha dicho son solo ecos de Radio Pasillo.
No se sabe si en verdad Coldwell está enojado con los poblanos.
Los dirigentes tricolores se van a reuniones al Distrito Federal y regresan como si nada, a seguir haciendo de las suyas.
Fernando Morales Martínez sigue siendo líder estatal.
Se barajaron nombres de presuntos suplentes pero nada más.
Edgar Salomón sigue jugando al tú las trais con el Señor del Cerro.
Otros liderazgos duermen el sueño de los justos, más preocupados por agarrar hueso federal que por arreglar las cosas en casa.
Enrique Doger sigue con un ojo al gato y el otro al garabato: desde San Lázaro lanza puyas y cacayacas contra el más destapado de los tapados: otro Chedraui.
El empresario poblano sigue con sus giras de agradecimiento-destape-altruismo por la capital, incluyendo su programa de radio.
El PRI municipal le da su respaldo velado al decir que no es acto anticipado de campaña.
¿Y?
Nada, absolutamente nada.
Cierto es que creerle a Edgar Salomón es como darle valor a un billete de 3 pesos, pero el legislador aseveró que en el CEN no sólo no los han regañado por serviles, sino que, por el contrario, son afines a los intereses de Rafael Moreno Valle.
¿Y si sí?
Y si todo es un juego macabro de taparle el ojo al macho para que en el 2013 vuelvan a hacer soberano ridículo.
El PRI en Puebla, está como la matraca: mientras alguien le da vuelta a la manivela hace escándalo… y ya.
Puebla ha dejado de ser bastión para el partido que regresa a Los Pinos en diciembre.
En la forma de agarrar el taco se conoce al tragón.
En la forma en que se comporta el PRI en Puebla, se ve que ya se percató que oscuros nubarrones se cierne sobre él en el futuro inmediato.
