En sus respectivos Congresos gremiales, tanto Elba Esther Gordillo como Carlos Romero Deschamps fueron reelectos –por enésima ocasión y quizás de manera vitalicia- para seguir liderando sus respectivas centrales sindicales, que por cierto, son las de mayor número de afiliados en nuestro país: el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM).
El mensaje es una clara advertencia para el nuevo gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto: La Reforma Laboral puede tener todas las innovaciones que se quieran, menos intentar promover la eliminación de los privilegios con que cuentan las centrales sindicales en México y sus millonarios líderes.
De hecho, en la reunión del gremio magisterial, el invitado de honor fue justamente el líder del sindicato petrolero, para dejar evidente que no permitirán que ningún gobierno se meta con sus intereses. Y más aún, los gritos e improperios que soltó Elba Esther Gordillo son una velada amenaza para Peña Nieto, si es que quiere jubilarla obligatoriamente, como algunos llegamos a pensar (ingenuamente) que podría ocurrir para que el nuevo Presidente se liberara del desprestigio que le atrae la sempiterna lideresa de los maestros del SNTE.
No. Elba Esther Gordillo no solo no se jubila, sino que es reelecta al menos por seis años más. Y también el fin de semana hizo exactamente lo mismo Carlos Romero Deschamps, millonario líder de los petroleros en México (de quien se conocen sus andanzas en su yate en las aguas del Caribe mexicano o las de sus hijos, quienes viajan a todo lujo por todo el mundo o alguno de ellos posee un automóvil Ferrari…).
¿Qué reacción tendrá Peña Nieto y su gobierno? Muy simple… Absolutamente ninguna. Tanto el SNTE como los Petroleros fueron de los sindicatos que apoyaron su campaña con recursos, movilizaciones y mapachadas. Sí, exactamente igual que en los tiempos gloriosos del PRI-Gobierno.
Por lo tanto, la Reforma Laboral quedará mocha en el tema de la transparencia sindical, así sin más. Ese es el acuerdo y Peña Nieto lo tendrá que cumplir. Los gritos de Gordillo y la elegante camaradería de Romero Deschamps lo confirman.
Y tampoco crea, amigo lector, que lo anterior significa que el PAN y el PRD son los paladines de la democracia sindical y que ellos lucharán a muerte porque la Reforma Laboral incluya la modificación de los privilegios del sindicalismo charro en nuestro país.
Para nada.
En primer lugar, los cínicos panistas ahora gritan y vociferan contra Elba Esther Gordillo y su nefasto actuar… pero no dijeron absolutamente nada cuando en 2010, el PANAL, de propiedad del SNTE y Gordillo, fue en alianza con el PAN en varios Estados de la República. Entonces yo no escuché ni leí que Elba Esther Gordillo fuera lo perversa y malvada que es ahora. Jamás escuché que en 2010 el hoy valiente crítico Senador Javier Lozano Alarcón dijera nada contra la lideresa vitalicia del SNTE (y mucho menos cuando era del PRI y lanzaba feroces ataques al entonces presidente Vicente Fox).
Y lo mejor: Quiero ver que los panistas poblanos, tan tenaces críticos de la corrupción sindical encabezada por Gordillo-SNTE, estén en contra de la alianza que planea el Gobernador Rafael Moreno Valle entre el PAN, PRD, partiditos de izquierda y desde luego el PANAL, para contender en las elecciones locales de 2013. Quiero ver a los machitos panistas que hoy trinan contra la Gordillo y su mafia ponérsele al brinco a Moreno Valle el año entrante.
Esa es la triste realidad del PAN poblano: Unos auténticos títeres miedosos (y convenencieros).
Y el PRD que tampoco se ande curando en salud. Hoy panterean que no permitirán que la Reforma Laboral pase como la quiere el PRI y que lucharán a muerte por la transparencia y democracia sindical… pero con ellos ya también cabildean al menos dos centrales de trabajadores igual de corruptas y con líderes charros sempiternos: Se sabe que Francisco Hernández Juárez (líder de los telefonistas desde hace treinta y tantos años) y Martín Esparza (corruptazo líder de los electricistas) ya buscaron el padrinazgo de Andrés Manuel López Obrador (sí, el enemigo de la corrupción) para que los partidos de izquierda no se metan con las canonjías sindicales.
En resumen: El PRI no se meterá con los sindicatos –ni SNTE, ni petroleros, ni CTM, ni ninguna central de burócratas- porque no se va a meter con sus apoyos; el PAN que no escupa al cielo porque cuando le ha convenido se ha aliado con Elba Esther Gordillo y en Puebla hará lo que ordene Moreno Valle; y el PRD y partiditos de izquierda presionados por López Obrador (el campeón de las luchas contra la corrupción) no se meterán contra telefonistas ni electricistas, quienes financian a MORENA.
Total: Todos son la misma apestosa materia fecal (mierda, pues).
Así que en un par de semanas quedará aprobada una Reforma Laboral absolutamente light.
Por cierto, hasta los empresarios (Coparmex y CCE) ya dijeron que la Reforma tiene que salir como la promovió la Cámara de Diputados (¡!). O sea: Que no se toque a los sindicatos con tal de que se apruebe el outsourcing, el pago por horas y los Contratos temporales, viejas luchas del empresariado explotador.
Entonces… ¿Ustedes creen que la Reforma Laboral promovida por los partidos se meterá con los sindicatos y corruptos líderes? ¡De güeyes!
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