La influyente columna de trascendidos del periódico Reforma se burló ayer de la desorganización en el show montado el 15 de septiembre en la Zona de los Fuertes. Y no es la primera vez que dicho medio critica al gobierno de Moreno Valle.
Uno de los columnistas más leídos de México, Julio Hernández y su “Astillero”, en La Jornada, criticó el desalojo de chamacos del #yosoy132 del Zócalo poblano por parte de policías estatales y municipales, porque seguramente el Gobernador no deseaba desmanes en el Grito que daría… haciendo a un lado nuevamente al Alcalde Eduardo Rivera. Y el columnista, obviamente, aprovechó para citar también el conocido protagonismo de Moreno Valle.
Gerardo Aranda, columnista del Yunque hospedado en Excélsior, también denunció el desplante del Gobernador de haber estado solo unos minutos en el Palacio Municipal para luego irse a sus eventos en Los Fuertes, y –obviamente- comentó el asunto de haber usado al Congreso del Estado para darle un “madruguete” al PAN poblano y no permitir el que su dirigente permanezca en el cargo un año más. Y habla de que sí habrá acción de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte.
Pero el golpe más fuerte lo dio el extraordinario reportero Alvaro Delgado en la revista política más leída del país, Proceso, al publicar una extensa investigación sobre el estilo personal de gobernar de Rafael Moreno Valle, incluyendo entrevistas a políticos y periodistas. “Dos años de megalomanía”. Reza el sugerente título del reportaje.
La conclusión salta a todas luces: Las acciones y gobierno de Rafael Moreno Valle, desde el punto de vista negativo, también ya han trascendido a nivel nacional. Y es que en su afán de que su figura sea conocida en todo el país (recordemos cómo fue exageradamente difundido su primer Informe, lo que también le trajo críticas puntuales de no pocos periodistas nacionales), lo que está logrando es que efectivamente sea ubicado… pero como un político obsesivo y ambicioso.
A este paso, será difícil que su objetivo de ser candidato del PAN a la Presidencia en 2018 fructifique, pues las críticas nacionales a su personalidad poco a poco pueden ir minando su estrategia.
Porque, efectivamente, como lo cita Alvaro Delgado en Proceso, al Gobernador poblano solo le interesa el manejo de una buena imagen en las televisoras –porque sabe que es el medio por el que la enorme mayoría de personas se enteran de lo que pasa en política-, sin embargo, las críticas de las columnas nacionales poco a poco van formando opinión, que tarde o temprano puede saltar a la pantalla televisiva.
Creo que ese es el mal cálculo que están haciendo los que manejan la comunicación del Gobernador Rafael Moreno Valle: Menospreciar las críticas y creer que todo es producto del malestar de los “marinistas resentidos”, cuando desde hace mucho el ex Gobernador yo creo que no controla ni a sus hijos.
Y es que también es cierto, la mayoría de poblanos tiene una opinión favorable sobre el gobierno morenovallista por las muchas obras que ha emprendido, pero eso –está más que comprobado- no necesariamente pesa en un proceso electoral. Dos ejemplos:
La mayoría de mexicanos piensa que Felipe Calderón sí hizo muchos Hospitales y carreteras… y su partido perdió la Presidencia. Y Melquiades Morales en Puebla no se caracterizó por encabezar un gobierno que hiciera muchas obras, sin embargo siempre tuvo excelentes calificaciones ciudadanas y hoy en día la mayoría de poblanos sigue teniendo una opinión favorable hacia su persona.
En otras palabras… las muchas obras ayudan, pero no siempre son la base de proyectos electorales. Desde luego y aún con todo, falta mucho para que los planes hacia el 2018 puedan ser factibles. Sobre todo también porque aunque Rafael Moreno Valle lograra la candidatura panista a la Presidencia (cosa que también veo difícil porque el Yunque impulsará a uno de los suyos… y a nivel nacional el Gobernador no tiene el control que sí tiene en Puebla), tendrá que enfrentarse seguramente a un Marcelo Ebrard, a un López Obrador y a un candidato del PRI apoyado con todo por el Presidente Peña Nieto (¿Videgaray? ¿Eruviel? ¿Manlio Fabio? Y los que se vayan sumando).
No, no está fácil el proyecto presidencial.
Y si a todo lo anterior sumamos la puntual crítica y seguimiento que se estará haciendo al gobierno morenovallista por parte de los periodistas nacionales… pues tantito peor.
En fin. No muy buenas fiestas patrias para el morenovallismo.
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