El incidente ocurrió a dos calles de donde están ubicadas las oficinas del ayuntamiento que en los últimos días han estado en el ojo del huracán por la aglomeración de personas que quieren pagar, a la última hora, sus infracciones.
El infortunado vecino corrió a dichas oficinas, esperando encontrar una importante presencia policiaca que de inmediato diera respuesta a su problema y peinara la zona para dar con el bandolero cuya descripción coincide con la de otros vecinos que han sufrido asaltos de la misma manera y que ya tienen detectado que el ratero ya hizo de esa zona su área de trabajo.
Craso error.
Sólo un policía de a pie.
Cero patrulla.
Ni cómo pedir ayuda.
A los vecinos de la colonia Volcanes no les queda más que suspirar y confiar en que a ellos no les toque el próximo asalto saliendo del Oxxo.
***
La semana pasada, en Playas del Sur dos tipos entraron en una panadería, amagaron a la dependienta y al panadero, se robaron la morralla de la caja y de paso se llevaron todo el producto que había en venta.
Salieron como si nada, abordaron una motocicleta y se fueron con rumbo a Balcones del Sur.
Circulaba por la zona una de esas flamantes patrullas que la Volkswagen donó.
Dos policías iban a bordo.
Los afectados les hicieron señas para que se detuvieran, pero no lo hicieron.
El asalto fue a las 6 y media de la tarde, hora en que la mayoría de estos expendios comienzan con la venta nocturna.
***
Aun cuando el gobierno municipal ha incrementado el número de video cámaras de vigilancia en las principales arterias y centros de reunión de la ciudad, aún cuando ha hecho un esfuerzo por cubrir el déficit de agentes policiales que le provocó el gobierno del estado, es un hecho que aún falta mucho para poder tener números negros en materia de seguridad.
A nivel micro, a nivel de calle, esta especie de “robo hormiga” se sigue presentando con frecuencia sin que la autoridad pueda hacer algo al respecto y causa más dudas que certezas que el propio Amadeo Lara, secretario de Seguridad Pública municipal, diga que en breve se incorporarán nuevos elementos.
Pero más dudas aún genera que el propio director de la policía, Gilberto Loya, reconozca que hay un retraso del 50 por ciento en la aplicación de las pruebas de confianza a los elementos actuales, pues en nada colabora a generar el clima de certidumbre que debe privar entre los ciudadanos hacia los propios uniformados.
De ahí que los afectados ni quieran recurrir a una agencia del ministerio público a levantar la denuncia correspondiente.
Por ello resultan huecas las palabras vertidas por el mismo alcalde, Eduardo Rivera, cuando presume que ha hecho mucho más que sus antecesores, en la materia.
Elogio en boca propia es vituperio, pero aún más, dime de qué presumes y te diré de qué careces.