Primero. Ya hemos comentado que es diferente la estrategia de cada candidato, según su posición en las Encuestas: Al puntero no le interesa debatir, pues cualquier error lo puede hacer perder la ventaja. A los que van abajo en preferencias les urgen los debates porque quizás ahí puedan remontar algunos puntos. Así ocurre en todos los países democráticos del mundo; no sé de qué se espantan aquí.
Hoy el candidato de la izquierda, López Obrador, quiere muchos debates y se enoja que Peña Nieto no quiera debatir. Pero hace seis años el que no quería debates –e incluso faltó a uno oficial- era el tabasqueño. Cuestión de enfoques.
Segundo: Se ha hecho un escándalo porque las televisoras no transmitirán el primer debate en sus canales estelares. Y efectivamente, seguro es una venganza contra el IFE y los partidos por haberles quitado el negocio de los spots con
Pero tampoco nos pueden obligar a los mexicanos a ver un evento por decreto, como ahora chillan los partidos de los candidatos que van abajo en las encuestas. Si alguien quiere ver el debate, lo verá así sea en el más desconocido canal. Y el que no quiera verlo –mayoría de ciudadanos, según todas las mediciones- pues no lo verá así lo amaren frente al televisor. Ahora resulta que los que pregonan la libertad, quieran imponernos un evento porque ahora así les conviene.
Y tercero: Generalmente, los debates no mueven mucho las preferencias, a menos que ocurra algo extraordinario en ellos. Al contrario, la mayoría de ocasiones sirven para confirmar las preferencias de los votantes. Así que no esperemos grandes cambios después del domingo. Y menos con el acartonado y adormecedor formato que insisten darle a los debates entre candidatos en México… por petición y acuerdo de los propios partidos, por cierto. Que no lloren ahora.
No obstante, estaremos pendientes –los que sí nos interesa el debate porque nos dedicamos a esto- de lo que ocurra el domingo. ¿Habrá sorpresas? ¿Saldrá el mentado “as bajo la manga” de la panista contra su odiado Peña Nieto? ¿Dejará de cantar y repetir lo mismo Josefina Vázquez Mota como lo hizo una y otra vez en los “debates” de la interna panista? ¿López Obrador se saldrá del script y atacará sin piedad a Peña Nieto… dejando de ser el amoroso y tendedor de mano franca? ¿Peña Nieto será el tonto que todos dicen o hará un buen papel que le permitan, al menos, conservar su ventaja?
Ya lo veremos.
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