Gobierna 20 de 32 Estados (62.5 %) y 1510 de 2400 Municipios (62.9 %) de la República. Gobernaba absolutamente todas las Entidades del país hasta la década de los 80’s del siglo pasado, pero perdió desde entonces 21 de esos Estados. Aunque ha regresado en 9 de ellos en su momento y a la fecha actual (Aguascalientes, Chihuahua, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas).
Muchos vaticinábamos su desaparición cuando perdió la Presidencia de la República en el año 2000 o en 2006, pero la realidad es que entre esos años ha seguido ganando elecciones locales o recuperando gubernaturas. Y aunque en 2010 perdió tres importantes Estados (Puebla, Oaxaca y Sinaloa), en 2011 arrasó en el Estado de México y Coahuila, ganó en Nayarit e Hidalgo e inesperadamente recuperó Michoacán. Es decir, en 2011 ganó todo.
Hoy es, pues, la primera fuerza política del país y sus líderes pregonan que recuperará la Presidencia a manos de su candidato Enrique Peña Nieto por ser el puntero en las encuestas desde hace varios años. Vaya, que el PRI de hoy es el enemigo a vencer.
Sin embargo, también hay que decir que no pocos de sus Gobernadores y ex Gobernadores cuentan con un enorme desprestigio y fama de corruptos. Que sus principales líderes siguen siendo viejos miembros del corporativismo político y sindical que tanto hizo daño al país durante casi todo el siglo XX. En fin, que a 83 años, el PRI sigue siendo el mismo de siempre, aunque su candidato presidencial sea joven y quiera dar otra imagen.
Y aún con todo, sí es cierto que hoy el PRI está cerca de poder recuperar la Presidencia. Que su candidato sí es el puntero en las encuestas (más o menos puntos pero sigue siendo el enemigo a vencer de todos los demás). Y que sigue controlando la mayor parte del país.
Finalmente, también es un hecho que los otros partidos en México no han sido mucho mejores que el PRI. El PAN en 12 años de gestión federal no ha podido resolver la mayoría de problemas que tanto le achacaba al PRI y lo peor, no pocos de sus gobernantes han cometido puntualmente los mismos excesos y corruptelas que tanto criticaban de los priístas. Y el PRD, en los Estados donde ha gobernado, tampoco ha dejado una excelente imagen o recuerdo: En todos ha habido denuncias de corrupción y abusos de poder.
Por eso el PRI hoy puede recuperar el poder. Porque los otros partidos no supieron demostrar que eran totalmente distintos. La gente hoy, en el colmo de las paradojas, hace suyo el dicho de que “más vale malo por conocido que bueno por conocer”. El PRI es añorado aunque sea corrupto, porque se piensa que ellos –los priístas- sí sabrán resolver los graves problemas que padece hoy el país, ante la ineficacia de los otros.
El curioso –y preocupante, claro- razonamiento de no pocos ciudadanos (as) que nos responden las encuestas es: “El PRI robaba sí, pero ayudaba… el PAN roba también pero no ayuda a los más pobres”. Y da la casualidad que casi el 70 % de mexicanos son de clases por debajo de la media y la mayoría de ellos en situación de pobreza económica.
La transición mexicana, pues, fue, es y seguirá siendo tan especial como lo es nuestra historia: Luego de la alternancia en el gobierno de la República, hoy muy bien puede regresar el partido del que estábamos hartos la mayoría de los ciudadanos. Y eso se podrá deber a la simple comparación de gestiones y con ello continuar la tradición política que data de los primeros años de independencia: Preferimos que regrese el conocido para que nos saque de los problemas, aunque ya sepamos que va a volver a abusar de nosotros.
Solamente hay que recordar que Antonio López de Santa Anna regresó a la Presidencia 11 veces, la mayoría de ellas porque los políticos mexicanos lo iban a llamar a sus diferentes exilios. Que Benito Juárez permaneció en el poder no por elecciones muy limpias y que Porfirio Díaz estuvo más de 30 años en la Presidencia.
Hay una probabilidad importante –no inexorable, desde luego- de que el PRI regrese a Los Pinos. Pero de lo que sí estoy casi seguro es que no repetiría en 2018: Ni Enrique Peña Nieto ni ninguno de los hoy candidatos podrían resolver –siendo mandatarios- los graves problemas económicos en los que se verá envuelto el país como producto de la inercia negativa mundial.
Si llega a ganar el PRI y Peña Nieto, lo más seguro es que la gente se desilusionará muy pronto de la falta de solución a sus problemas económicos familiares. Pero eso no significaría –de suceder, insisto- necesariamente que el PAN ahora retornara al poder federal. Más bien creo que ahora sí, 2018 será el año de un presidente proveniente de la izquierda. Moderada, inteligente, europea… Sí, yo creo que será el momento de Marcelo Ebrard. Acuérdense.
No creo que de alguien más, muy cercano a los poblanos.
Bueno, pero todo esto no son más que supuestos. Quién sabe si vivamos para entonces.
LA NOTA AL PIE…
Se desató la guerra de las encuestas en torno a la elección presidencial. Y yo solo quiero hacer dos comentarios al respecto:
1. Todas las mediciones de empresas serias coinciden en al menos tres cosas: a) Enrique Peña Nieto sigue siendo el puntero aunque bajó en las preferencias como producto de dos cosas: sus propios errores y que la candidata panistas salió de una precampaña más conocida y fortalecida. b) Josefina Vázquez Mota sí subió en las preferencias debido a la inercia de la precampaña y ahora hay que ver si mantiene esa tendencia o todo fue el “campanazo” del mismo proceso. Y c) Andrés Manuel López Obrador se estancó en el tercer lugar porque a la gente ya no le entusiasmó el rollo de la República amorosa; aunque les duela a sus partidarios pero así es.
2. Hay de empresas encuestadoras a empresas encuestadoras. Siempre he sostenido que en cualquier ámbito de la vida profesional, el prestigio y reputación te lo dan los años, ser una empresa establecida, pertenecer a un gremio reconocido y ser acertado en tu ejercicio profesional. Mi “top five” de empresas encuestadoras nacionales es –siempre lo he sostenido- el siguiente: Consulta Mitofsky de Roy Campos, Parametría de Francisco Abundis, Buendía y Laredo de Jorge Buendía, el periódico Reforma y su departamento de encuestas liderado por Alejandro Moreno y finalmente IPSOS-BIMSA, aunque su especialidad sean los estudios de mercado y no tanto el ámbito político-electoral (comandado por el brillante Adrián Villegas). Me parece que cualquier otra empresa adolece de varias fallas, destacando que al momento actual, sus encuestas publicadas obedecen más a una estrategia de propaganda que a metodologías certeras.
Y aquí en la aldea, en cuanto a profesionalismo y certeza, las empresas que estamos asociadas en un gremio profesional serio (la ADEI, AC) y desde luego, el CISO de la BUAP. No más.
Por lo demás… la guerra de encuestas es natural y hasta necesaria. El tiempo y el mercado siempre pone a todo mundo en su lugar.
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