19-04-2024 07:57:55 AM

De una madre a otra

Esta vez estimados lectores, quiero compartirles esta carta que me hicieron llegar unos amigos del norte del país en donde los sufrimientos por la delincuencia organizada y la actividad pandilleril es por demás conocida por todos y esperemos que en nuestra entidad aunque se ve que el control no está muy bien definido que digamos, no se llegue a esos límites que ya se han hecho tan frecuentes que nuestros compatriotas empiezan a perder la capacidad de asombro y acostumbrarse a la violencia diaria.

Cito textual:

Muy fuerte y crudo pero muy cierto, nuestras queridas autoridades  y sociedad defendiendo la delincuencia e ignorando a las víctimas.

Felicitaciones a esta madre. Ya era hora.

Hace poco, las madres de PANDILLEROS encarcelados realizaron una
manifestación exigiendo los “DERECHOS” de sus hijos.

¡Hay que ver que hay gente descarada!

Acá está la respuesta de una madre ciudadana hacia la madre que protestaba…

DE MADRE A MADRE:

Vi tu enérgica protesta delante de las cámaras de TV en la reciente
manifestación en favor de la reagrupación de presos y su transferencia a cárceles cercanas a sus familiares, y con mejores prestaciones.

Vi cómo te quejabas de la distancia que te separa de tu hijo y de lo
que supone económicamente para tí ir a visitarlo como consecuencia de esa distancia.

Vi también toda la cobertura mediática que dedicaron a dicha
manifestación, así como el soporte que tuviste de otras madres en la misma situación y de otras personas que querían ser solidarias contigo y que contabas con el apoyo de algunas organizaciones y sindicatos populistas,  comisiones pastorales, órganos y entidades en defensa de los derechos humanos, ONGs etc. etc.

Yo también soy madre y puedo comprender tu protesta e indignación.

Enorme es la distancia que me separa de mi hijo.

Trabajando mucho y ganando poco, idénticas son las dificultades y los gastos que tengo para visitarlo. Con mucho sacrificio sólo puedo
visitarlo los domingos porque trabajo incluso los sábados para el
sustento y educación del resto de la familia.

Felizmente, también cuento con el apoyo de amigos, familia, etc.

Si aún no me reconoces, yo soy la madre de aquel joven que se dirigía al trabajo con cuyo salario me ayudaba a criar y mandar a la escuela a sus hermanos menores, y que fue asaltado y herido mortalmente a balazos disparados por tu hijo.

En la próxima visita, cuando tú estés abrazando y besando a tu hijo en la cárcel yo estaré visitando al mío y depositándole unas flores en su tumba, en el panteón.

¡Ah! Se me olvidaba: ganando poco y sosteniendo la economía de mi casa, a través de los impuestos que pago, tu hijo seguirá durmiendo en un colchón y comiendo todos los días. O dicho de otro modo: seguiré  sosteniendo a tu hijo malhechor.

Ni a mi casa, ni en el cementerio, vino nunca ningún representante de esas entidades que tan solidarias son contigo para darme apoyo ni dedicarme unas palabras de aliento.

¡Ni siquiera para decirme cuáles son MIS DERECHOS!

Tremendas y dolorosas palabras pero que tenemos todos que analizarlas y pensar en la responsabilidad que todos y cada uno tenemos o no de que esto se siga dando en nuestro país

 

¿O no?

Juzgue usted

albertohidalgo@hotmail.com

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