Cada año, desde hace varias décadas, el Gobernador del Estado acude a dar el “Grito de Independencia” –la tradición más mexicana de la historia moderna… un invento de Don Porfirio por motivo de su cumpleaños, pero en fin- al balcón de Palacio Municipal, por ser éste lugar el que asoma al Zócalo capitalino, donde se reúnen miles de poblanos para tal festejo.
Ocurre exactamente igual en todos los Estados del país y a nivel nacional: los mandatarios van al balcón que da hacia los Zócalos o principal plaza pública de cada capital.
Ahora bien, ese balcón es el del Palacio Municipal (en Puebla y otros Estados, no en todos), casa del Alcalde capitalino respectivo. Y por cortesía y sentido común, aunque es el Gobernador el que entona el mentado Grito, siempre está ahí el Presidente Municipal en turno. Ahora correspondía la ocasión para Eduardo Rivera Pérez.
Así ocurrió una y otra vez durante los últimos cuarenta o cincuenta años: Gobernador y Presidente Municipal juntos, sonriendo, unidos al festejo con el pueblo delirante que en una catarsis colectiva, olvida momentáneamente la bola de problemas del país.
Y aunque hayan sido de diferentes partido o del mismo pero con broncas personales.
Pues sí, pero el jueves pasado no ocurrió así.
Por un “cambio de Protocolo”, el Gobernador Rafael Moreno Valle salió solo a dar el Grito, dejando a Eduardo Rivera adentro del Palacio, seguramente muy contento… de haber sido hecho a un lado en su propia casa.
Todo mundo lo comentó. Propios y extraños. Y lo peor: el Gobernador todavía se dio el lujo de sí sacar al balcón a Javier Lozano Alarcón, con el pretexto de que era el “representante presidencial”, cuando todos sabemos que es su carta para ser candidato al Senado por el PAN y era una oportunidad dorada para “placearlo” (literalmente).
¿Y Lalo?
Adentro, seguramente muy contento, reitero.
Y todo esto no solo lo comento yo.
Los propios panistas ortodoxos, los del Yunque pues, acusaron de recibo el monumental desprecio y ya fraguan venganza.
Desde el viernes mismo, voces tan importantes como la de Gerardo Maldonado Balvanera, Presidente del PAN Municipal, escribía enojado en twitter que si se debía invitar a alguien a la casa de uno si ese mismo personaje hubiera hecho una gran grosería. Que daban ganas de no volverlo a invitar. Obvio, se refería al desplante morenovallista… que seguramente ya leyó esos crípticos “twitts”.
Y es que los desprecios a Eduardo Rivera comenzaron desde la mañana del 15 de septiembre, cuando el Gobernador no asistió a los honores a la Bandera Nacional en el Zócalo poblano –otra tradición anual en la que Ejecutivo Estatal y Alcalde comparten plaza- por haber preferido acudir a la ceremonia de toma de posesión de Eruviel Avila como nuevo Gobernador del Estado de México (y que probablemente… sea adversario de Moreno Valle cuando se dispute la Presidencia en 2018).
En fin. Quien pretenda negar el serio y evidente distanciamiento –cuando no de plano una franca guerrita ya- entre Gobernador y Presidente Municipal de Puebla-PAN ortodoxo, está hoy tapando el sol con un dedo.
LA NOTA AL PIE…
Ayer por la noche en twitter también causó un buen de comentarios una nota de La Jornada de Aguascalientes del 16 de septiembre de 2001, firmada por Julieta Lomelí.
En ella se narra el hecho de que la Secretaría de Educación Pública poblana, al mando de Luis Maldonado Venegas, está distribuyendo algo así como un Manual de “Dianética” (la pseudo religión de la Iglesia de la Cientología –o Cienciología, es lo mismo-, creada por el norteamericano Ronald Hubbard) para su lectura y práctica obligatoria en todas las escuelas públicas en el Estado.
¿Será?
Yo me voy a dar a la tarea de investigar, y aquí les mantendré al tanto.
Pero de ser cierto… eso querría decir que aparte de portar obligatoriamente un escudo partidista en los uniformes, los chamacos poblanos ahora tendrán que adoctrinarse “de a chaleco” en una pseudo religión disfrazada de filosofía optimista, con nexos muy, pero muy raros con élites poderosas de Estados Unidos de América.
Investíguenle sobre la mentada “Dianética” y verán lo que les digo.
Como verán, se pone bueno el twitter.
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