1.- Los partidos políticos están consignados como entes de interés público en la Constitución General de la República, deben tener plataforma de principios ideológicos, programa de acción, estatutos y un número determinado por la propia ley de militantes con credencial.
2.- Reconocidos como tales por la autoridad electoral, tienen derecho a participar en las elecciones correspondientes, y alcanzar un mínimo de votos para seguir existiendo con pleno reconocimiento legal, ello les garantiza recibir cantidades muy amplias de recursos públicos para su existencia administrativa y búsqueda social del voto, ofertando lo mejor de su pensamiento sea derechista, izquierdista, o neutral que eso acontece cuando se presume de ser de centro derecho o de centro izquierda.
3.- Hasta ahora el ejercicio de la democracia interna casi es inexistente, y tan lo es, que existe un tribunal donde se litigan las cuestiones electorales nacidas, de los vacíos, y de los espacios que deja la ausencia de tomas horizontales de decisión; todos los partidos políticos mexicanos, incluyendo algunos escasos de carácter regional, no consultan a la militancia el otorgamiento de las candidaturas, sino que son decididas en pequeños cónclaves donde los afectos, los quereres, el pago de facturas, o las relaciones de sangre serán determinantes para la nominación. Naturalmente que estos productos electorales por no poseer ningún afán competitivo están condenados en el supuesto caso de ganar las elecciones a ser flores administrativas o legislativas de tres o de seis años.
4.- Han sorprendido a los estudiosos de la ciencia política, una serie de coaliciones en las cuales no existe el interés por la colectividad, sino la ambición personal para ocupar los encargos administrativos de un municipio aldeano, una gran ciudad, o bien disfrutar del poder.
5.- Es tan cuantiosa la erogación de dinero público para estos ejercicios electorales carentes de ideología, que dentro de las acciones propuestas por el Presidente de la República en su propuesta de reforma política, las candidaturas ciudadanas van tomando día con día mayor aceptación social.
Las candidaturas ciudadanas serán propuestas por agrupamientos de vecinos del común, que hayan obtenido mediante la simple llegada de los dieciocho años de edad, capacidades cívicas para votar y ser votados.
Su éxito está asegurado toda vez que el vecindario nacional está harto de ser traicionado.
¿De qué sirven los partidos si están uniformados en su pensamiento y en su desastrosa actuación cuando son gobierno?
