22-11-2024 02:00:37 PM

Política asistencialista disfraza pobreza

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Si bien es destacar que, según el informe de la Conveal, 127 mil poblanos salieron de la pobreza en los dos últimos años, resulta preocupante que 3.5 millones de habitantes siguen sumidos en ella y poco se ha hecho para que superen esa condición.

Puebla acusa una serie de indicadores contradictorios, que reflejan la inexistencia de una clase media y un crecimiento de la clase con alto poder adquisitivo.

La mayoría de los datos estatales, económicos y sociales son negativos.

Es el cuarto estado con el mayor número de pobres en el país, de una población total de 5 millones 779.8 mil habitantes el 61% (3.5 millones) vive en la pobreza.

Y sólo el 11.3% (657 mil 100 personas) no tienen ningún tipo de carencia.

El 1.6 millón restante de poblanos es vulnerable por su bajo salario, pero no entra en el segmento de pobres.

La concentración de la riqueza en Puebla es notable y peligrosa.

En algunos promedios Puebla destaca como ser la décima economía del país, aunque hace años era la octava, pero entonces ni ahora hubo un sensible avance en el nivel de vida de los poblanos.

La desigualdad está presente; se mantienen problemas como pobreza, analfabetismo, corrupción, y falta de justicia.

Más del 80% de la actividad económica se genera en la zona metropolitana, y en consecuencia también en la capital poblana se localiza todo tipo de  servicios para la población.

Lo negativo de ese centralismo poblacional y de actividad económica ha quedado demostrado con las recientes crisis, sobre todo la de 2009, cuando la economía cayó casi 9.0%.

Hay más de 112 mil poblanos desempleados; la capital del estado es la segunda ciudad del país con la inflación más alta; el poder adquisitivo cayó 12%; los salarios son de los más bajos que se pagan en el país; apenas 450 mil poblanos cuentan con seguridad social, cuyo servicio es deficiente.

Y de poco ayuda que la economía crezca a niveles históricos, en 8.7% como en el primer trimestre de este año, o a tasas de 9.6% a lo largo de 2010, si ello no se refleja en un avance socioeconómico.

Como se ha apuntado en diversas ocasiones en este espacio, y lo mismo han hecho especialistas en su momento, el caso está en que la política asistencialista poco o nada resuelve las condiciones de estos 3.5 millones de poblanos, pero tampoco ha habido políticas públicas que tiendan a un verdadero desarrollo del estado.

Por ejemplo, por un lado se fomenta el Seguro Popular para propiciar, en parte, una mejor calidad de vida de los habitantes, con ello se asegura que ya salieron de niveles de extrema pobreza, y en contraparte quienes están afiliados al Seguro Social o al ISSSTE no tienen un servicio adecuado en cuanto al abasto de medicinas y se disminuye el presupuesto para ambas instituciones.

Así que poco ayuda considerar que más de 450 mil poblanos están asegurados y la prestación del servicio no es el adecuado y de todos modos algunos o la mayoría no cuenta con recursos para acudir a la medicina privada. En consecuencia, su calidad de vida se deteriora y forman parte de la población no pobre pero vulnerable por carencias sociales.

Si bien varios de los aspectos corresponden al ámbito federal, también es cierto que a nivel estatal debería aplicarse un modelo de desarrollo que atienda esa desigualdad, políticas públicas que tiendan a impulsar el desarrollo equilibrado, que sean incluyentes, que tomen en cuenta a la población y respeten su cultura.

socole@prodigy.net.mx / balanceenlinea@hotmail.com

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