Está bien que se aboque a generar nuevos programas para combatir la burocracia en la apertura de negocios o la expedición de trámites y servicios.
Pero no debe olvidar que gobernar la capital va más allá de todo eso.
Uno de los rubros, de igual o mayor importancia, es el del impacto ambiental, con todo lo que eso representa.
Los encargados del cuidado al medio ambiente deben ampliar su campo de acción y no limitarse al retiro de pendones que violen el reglamento o a atender única y exclusivamente la Laguna de Chapulco.
Vecinos de la colonia Villas San Alejandro están preocupados, y con razón, por lo que ellos llaman “una bomba de tiempo” y piden una pronta respuesta de las autoridades para prevenir una desgracia en el mediano plazo.
Resulta que la concesionaria automotriz “Nissan Serdán”, ubicada en la avenida 10 poniente entre la 31 A Norte y la 33 Norte, terminó de ampliar sus naves para su área de hojalatería y pintura multimarcas, con 3 cabinas de pintura, la cual está lista para iniciar operaciones este uno de agosto.
La preocupación radica en que, aseguran, la operación de esta nueva área generará un severo daño ambiental en la zona, debido a la enorme cantidad de solventes y pinturas que se utilizan, que podrían dañar el aire que respiran además de que no se observan medidas de seguridad para evitar que sean derramadas en el sistema de drenaje de la colonia, lo que a la larga, si no se controla, podría generar en un mal mayor.
Los afectados han acudido varias veces con los directivos de la empresa automotriz para conocer de viva voz las medidas de seguridad, sin embargo, no han sido satisfechas sus inquietudes.
De igual manera, desconocen si la concesionaria cuenta con los permisos correspondientes para poder cambiar el uso del suelo y si les fueron autorizadas las ampliaciones y las adecuaciones que realizaron para poder echar a andar estas 3 naves de pintura automotriz.
Aseveran que, después de tantos años de operar en esa colonia, no dudarían que la empresa de autos cumpla con la normatividad, sin embargo, les resulta inquietante el hecho de que se les haya dado el permiso (si es que existe) para poder operar una nave de esas características, sabedores del impacto que podría causar, sobre todo por la cercanía con casas habitación y porque las obras se realizaron de manera por demás silenciosa, a las calladas.
Es por eso que demandan una pronta respuesta por parte de Alejandro Fabre, titular del Medio Ambiente y Servicios Públicos; de Marisa Ortiz e inclusive de la regidora Verónica Mastretta, quien en múltiples ocasiones ha salido a los medios de comunicación a denuncias violaciones o alteraciones al medio ambiente, y sin embargo, sobre este asunto no ha emitido comentario al respecto, tal vez, como le reconocen los mismos vecinos, porque ni siquiera están enterados.
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