Hola, soy María Luisa Fernández, mamá de 2 hermosos hijos: una niña de 5 años con una inteligencia sobresaliente y un niño de 1 año 4 meses, el cual nació con Síndrome de Down; yo los he amado y cuidado con esmero y siempre los he tratado con igualdad en todos los sentidos, brindándoles la misma oportunidad educativa.
Jamás pensé q por la situación de mi hijo sería víctima de una discriminación como la que sufrí el dia 8 de julio del 2011; quise inscribir a mi hijo en el kínder del Colegio Andes Lomas de Puebla, ubicado en Av. África s/n, segunda sección Fraccionamiento Lomas de Angelópolis, en San Andrés Cholula, Puebla; en la cual mi hija asiste desde hace 4 años.
Tal es el caso que me fue negado el ingreso de mi hijo Héctor Alberto Moreda simple y sencillamente por su Síndrome de Down, sin darme razones ni motivos de esta negativa; al entrevistarme con la Directora del plantel Gabriela del Fabre Macías, solo se limitó a decirme que sus jefes no autorizaban la inscripción de mi hijo.
Por lo que yo sé ahora, está prohibido por las leyes federales el que las instituciones educativas nieguen el acceso a un centro educativo por razones de discapacidad física, sensorial o mental (art.23.2 de la Ley General de la Persona con Discapacidad).
Me es realmente sorprendente que personas dedicadas a la educación de nuestros hijos ostenten tanta ignorancia, falta de sensibilidad y de amor a sus semejantes como supuestamente pregonan en el instituto Andes.
En este momento sé que una institución que se maneja con estos principios NO es apta para educar a nuestros hijos, más sin embargo, expreso mi dolor e indignación por la discriminación de que fui objeto.
Ante esa situación acudí nuevamente mas tarde para enseñarles y mostrarles la ley, y pedir nuevamente una explicación de la negativa para permitir el acceso a esa escuela a mi hijo.
En ese momento estaban reunidos la maestra Gibrana Becerril Cisneros, David Hernández, gerente administrativo y la Directora Gabriela del Fabre, ésta con una actitud burlona, prepotente y déspota, le solicité que me firmara mi solicitud y mi petición de ingreso de mi hijo Alberto a esa institución y se negó a firmar y simplemente manifestó: YO PUEDO DECIR Q ESTO NUNCA SUCEDIÓ Y Q NUNCA HE RECIBIDO UNA PETICIÓN TUYA.
Me retiré mencionándoles que iba a hacer de conocimiento esto a las autoridades.
