Es cierto que las cifras que manejan sobre supuestas irregulares suenan tan descomunales como absurdas.
Pero me queda claro que merecían un trato diferente, una respuesta distinta, ¡vamos!, una reacción que no fuera la que protagonizó el ex voz-cero de la ex alcaldesa, Emilio Trinidad Zaldívar.
Y es que este sujeto, en aras de dejar sin mácula la imagen de su ex jefa, avivó el avispero al traslapar un asunto meramente político entre pares, a un problema familiar que tiene como trasfondo, la pelea por una curul en el Senado.
La semana pasada en un desplegado, el ex voz-cero de la administración de Blanca Alcalá acusó al ex candidato perdedor del PRI a la gubernatura del estado, de estar detrás de las acusaciones que hizo el gobierno de Eduardo Rivera Pérez en contra de Alcalá Ruiz por presuntos malos manejos, y dijo, textual, que: “Lo que se está haciendo en contra de Blanca Alcalá, no es más que el intento por derribar un proyecto, un prestigio y una trayectoria pública, en la que lo más importante, o lo único permisible, es la denigración de la política”.
Ante dichas acusaciones, López Zavala se limitó a decir que no tiene nada que ver en el affair lalito – blanquita y que la lucha por el Senado es otro tema… en otras palabras, le dijo a Trinidad: “no es tema… mando saludos a los priistas”.
Lo que perdió de vista Emilio Trinidad es que, tirándole carayacas a Zavala lo único que hace es perjudicar más a Alcalá.
¿Cómo?
A través de la aprobación de la cuenta pública del tercer año de gobierno municipal.
Y es que el análisis y aprobación de la cuenta pública aún no se ha tratado en el Congreso del Estado, y después de los embates contra Zavala, podría convertirse en el plato frío de la venganza personal.
Para ser aprobada, necesita la mayoría de los votos a favor, incluyendo el de los 16 diputados tricolores, de los cuales, la mayoría le dice “papá” a JLo. Zavala y le debe su curul.
A saber, sólo José Enrique Doger Guerrero, Juan Manuel Jiménez García y José Lauro Sánchez López son declarados antizavalistas, pero de ahí en fuera: Edgar Jesús Salomón Escorza, Javier Filiberto Guevara González, Felipe David Espinoza Rodríguez, Ernesto Leyva Córdova, Eleofermes Palacios Reyes, David Edgardo Huerta Ruíz , Elvia Suárez Ramírez, Jorge Luis Coriche Avilés, Edgar Sánchez Gómez, Zenorina González Ortega y José Luis Márquez Martínez se le cuadran al ex candidato, mientras que Jesús Morales Flores y Adrián Víctor Hugo Islas Hernández, si bien no son zavalistas declarados, bien le podrían correr la cortesía.
¿Se imagina si en aras de una venganza personal por las difamaciones de las que fue objeto Zavala por parte de Emilio Trinidad, les truena los dedos a sus diputados afines y les da la orden de dar pa’ tras la cuenta de Blanca Alcalá?
Y es que no sólo daría más armas a los del ayuntamiento actual, pues prácticamente les entregaría la cabecita de Blanquita en bandeja de plata, sino que de un solo plumazo la dejaría fuera de la contienda por el Senado.
De ahí que no sean gratis los desencuentros que ya se comenzaron a registrar entre la dirigencia estatal priista, que pretende dictar línea a favor de la ex alcaldesa, y diputados como Edgar Salomón, quien de plano le dijo a Lastiri: ¡Pàrale, en el congreso no mandas tú!
¿Entiende ahora porque el exabrupto de Emilio Trinidad Zaldívar puede salirles muy caro a los blanquistas?
Como diría el clásico. ¡Pero qué necesidad!
Qué pésimo error de cálculo, igualitos a los malos cálculos que hizo Rodríguez y Morgado con la “restauración” del Paseo Bravo y las Sendas.
