Y vaya que sí está hecha con las prisas (y con las patas), tanto, que ni siquiera les dio tiempo de diseñar una imagen propia, muy ad hoc con el colorido y figuras geométricas que distinguen hoy la imagen del gobierno que promete que “lo nuevo está por venir”, pero que por lo menos en el logo que presume la Feria en su cuenta de feisbuk, no es tan nuevo, a menos que hayan optado por una imagen retro.
El caso es que el enorme recinto de más de 100 metros cuadrados, ya presume en su plancha interior una larga fila de “stands” de 2 x 2, las clásicas cajoneras, dispuestas ya a recibir a los vendedores de productos importados, discos compactos, artesanía de 3 pesos, artesanía de otros países que se venden al tipo de cambio de 3 pesos, comida rápida, antojitos, chicles, chicharrones, refrescos, y toda la parafernalia propia de la feria nuestra, juegos mecánicos, palenque (que ya se cayó) y un corral para que los caballitos de Pedro Domeq hagan sus gracias, muy al estilo de la Feria de Texcoco pero región 4.
El caso es que, como dice el dicho, aunque la mona se vista de seda, changa se queda… y en este caso, a ver si no pasa lo mismo, muchacha bonita, calzón cagado…
