En Tequesquitengo se llevó a cabo la Reunión regional de América Latina y el Caribe de la Internacional Socialista de Mujeres.
Este movimiento es una organización internacional de organizaciones de mujeres de partidos socialistas, socialdemócratas y laboristas afiliados a la mundial Internacional Socialista.
Actualmente la Internacional Socialista de Mujeres agrupa a 149 organizaciones de todas partes del mundo.
La historia de esta organización data de 1907 cuando tuvo lugar la primera conferencia de mujeres socialistas en la que se crea una secretaría de la mujer quedando al frente Clara Zetkin y el punto de partida fue la lucha por el derecho al voto de las mujeres.
1910 fue el año en que se celebró la segunda conferencia adoptándose la resolución para continuar la lucha por el derecho al voto, incluyéndose resoluciones sobre emancipación política y paz.
El movimiento pasa por las dos guerras mundiales, después de diversas conferencias internacionales el movimiento fue reestructurado y en 1955 renovado, fundándose el Movimiento Internacional de Mujeres Socialdemócratas, se traslada su sede a Londres y fue en 1978 cuando pasa a ser Internacional Socialista de Mujeres.
El Organismo Nacional de Mujeres (ONMPRI) del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y la Secretaría de la Mujer del Partido de la Revolución Democrática (PRD) son miembros de este movimiento por parte de México, y correspondió al ONMPRI en esta ocasión la organización de la reunión regional llevada a cabo el fin de semana.
“Estrategias para lograr una conciliación de la vida laboral, familiar y personal”, fue el tema de análisis a debate por las diferentes delegadas convocadas de Austria, Brasil, Colombia, España, Grecia, República Dominicana, Venezuela y México, moderado por Pía Locatelli y Marlene Haas, Presidenta y Secretaria General del Comité Ejecutivo, la primera del Partido Socialista (PSI) de Italia y la segunda del Partido Laborista (PvdA) de los Países Bajos, respectivamente.
En el análisis -como todas y todos sabemos-, desde que las mujeres ingresamos al mercado laboral tradicionalmente determinado por parámetros masculinos; el tránsito entre el trabajo productivo y el reproductivo, ha estado marcado por una serie de cargas, tensiones, complicaciones en el destino de los tiempos: tanto el otorgado a las familias, a la pareja; como al asignado al trabajo, que han generado incluso en muchas, sentimientos de culpabilidad.
Algunas hemos podido establecer una serie de estrategias de conciliación, que bien podrían llamarse de sobrevivencia, establecidas casi para el día- día; construidas desde lo individual pero con la ayuda colectiva, que nos ha permitido atender las jornadas de trabajo que nos hemos impuesto, cada una por diversas causas.
El reto es lograr redefinir esas complicaciones de manera que tanto hombres como mujeres, jueguen un papel protagónico tanto en el trabajo productivo como en el reproductivo. Para ello, es necesario contar con políticas públicas desde el Estado, de manera que todos los actores sociales, económicos y políticos lleven a cabo acciones que permitan esa conciliación entre la vida laboral, familiar y personal.
Y un elemento fundamental es el impulso de leyes que introduzcan una serie de acuerdos que permitan empezar a generar un cambio social, con nuevos modelos de organización para alcanzar esa soñada conciliación.
Las experiencias enriquecedoras presentadas por las delegadas de los diversos países participantes fueron vastas: en Italia y en España se han aprobado Leyes que favorecen los tiempos laborales con los privados; en Austria se ha impulsado la Campaña “Mitad-Mitad” para empezar a lograr que los hombres también concilien, que asuman su corresponsabilidad respecto a su implicación en la familia, el hogar y el trabajo, mediante una nueva distribución de funciones de la vida familiar; han decretado la creación de escuelas de tiempo completo, que incluso en Brasil son llamadas de tiempo integral con horarios de 8:00 a 18:30; en sus legislaciones han incorporado temas como la reorganización de empleos, espacios de trabajo, horarios diferenciados para la igualdad laboral que no implican costos económicos y sí generan ahorros; pero además aseguran equidad.
En fin, escuchar a todas fue un privilegio, aprender de ellas fue delo mejor; sin embargo una gran inquietud y compromiso nos deja el darnos cuenta de lo mucho que nos falta por avanzar en esta materia, en México y en Puebla.
Podríamos empezar a nivel federal por unirnos para impulsar la ratificación al Convenio 156 de la OIT sobre la Igualdad de Oportunidades y de Trato entre Trabajadores y Trabajadoras: trabajadores con responsabilidades familiares, que obligue al gobierno de Felipe Calderón a ratificarlo y en el marco estatal; empezar a discutir en el Congreso algunas regulaciones que permitan avanzar en este ámbito.
Se suscribieron dos Declaraciones; una, que tiene que ver con el tema discutido y la llamada Declaración de Tequesquitengo en contra de ultraje y violencia cometidos en Egipto y en Libia contra las mujeres que participaban en las manifestaciones contra los gobiernos, condenando los graves actos a los que fueron sometidas, detenidas, acosadas, humilladas, degradadas, golpeadas, torturadas, violadas y sometidas a los “test de virginidad”, mostrando nuestra solidaridad a las ciudadanas del mundo árabe que se están movilizando en este momento, a favor de la democracia y a las que en todos los países miembros de la Internacional Socialista de Mujeres están luchando por sus derechos humanos.