-¡Yo no lo maté, señor juez!, le voy a contar lo que pasó. Yo estaba lavando la ropa cuando de repente él llega y me empieza a echar agua en la cara y me dice: ¡Como que te llueve!, yo no dije nada.
Luego, agarra piedritas de la maceta y me las empieza a tirar mientras me dice: ¡Como que te graniza!, yo tampoco respondí nada.
Después el cogió un mecate que estaba tirado en el piso y me empieza a pegar en las nachas, mientras me decía:¡Como que te relampaguea!
Y ya pues, encanijada, agarré un machete y le di un solo golpe al tiempo que le decía: ¡Como que te parte un rayo!-