Lo único que faltaba al de por sí ya muy turbio y enrarecido proceso electoral en 14 Estados del país y que culminará este 4 de julio era que se manchara de sangre.
Pues ya ocurrió. El violento asesinato del candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas, sea cual fuere el motivo y sean quienes fueren los autores materiales o intelectuales, lo único que abona es a la incertidumbre, el temor y a bajar aún más la participación de ciudadanos en las urnas.
Se quiera o no, el trágico asunto sí afectará al desarrollo normal de la próxima jornada electoral, de por sí ya marcada por el descontento ciudadano hacia los principales partidos y que se iba a ver reflejado en mayor abstencionismo y crecimiento del llamado voto nulo.
Por más que hoy quieran los partidos y no pocos grupos invitar a la ciudadanía a votar, muchos ciudadanos se preguntan para qué, además de que ahora se agregará un razonable temor de acudir a las urnas, ante una posibilidad ?psicosis si se quiere- de que haya violencia o altercados el día de los comicios.
Lo repetimos muchas veces aquí mismo: Destapar la caja de Pandora de la polarización no traería beneficio alguno. Descalificar al árbitro de la elección (más por cuestiones personales que reales o comprobables) a priori, luego recular y luego otra vez atacarlo, lo único que lograría sería desconfianza de la sociedad, pero en todo el proceso. Comenzar la guerra de ataques personales y alusiones al origen del adversario y luego denunciar lo perverso de la guerra sucia? Lo único que se ha logrado es que un buen número de personas desconfíe por igual de los candidatos de las dos alianzas con posibilidades de ganar algo.
Pero lo peor vino cuando fue evidente que el Presidente de la República con todo el aparato federal (delegaciones, Secretarios, recursos, manejo de medios nacionales, filtraciones, etc.) se metió con todo en las elecciones de los Estados y ha seguido promoviendo los ataques a los Gobernadores que no provienen de su partido (fundamentalmente en Puebla, Oaxaca y Veracruz).
No se pida entonces que en esos Estados, donde efectivamente hay Gobernadores priístas que ejercen férreos controles de poder y desde luego quieren que su partido gane las elecciones (como los Gobernadores panistas o el propio Presidente quieren a toda costa que sea su partido el que conserve los pocos gobiernos que tiene o el Ejecutivo Federal), no reaccionen en bloque denunciando ?abierta o veladamente- que defenderán sus feudos con su vida misma.
Vaya, todos sabemos ya que el resultado de la elección del próximo domingo no dejará satisfecho a nadie. Si gana el PRI por poco margen, los panistas y sus ahora aliados ya tienen preparada toda una estrategia para impugnar y denunciar que les robaron la elección. Vamos, ya hasta tienen camisetas con leyendas de su victoria (como los pegotes del debate? y se tienen ubicadas las bodegas donde están) para salir a gritar el domingo por la noche que ?¡sí se pudo!?, aún antes de que la autoridad electoral dé a conocer resultados oficiales.
Y si ganara el PAN (por poco margen también)? ¿Usted cree que los priìstas lo van a reconocer? ¿Luego de la abierta intromisión de Felipe Calderón? ¿Luego del asesinato de su candidato en Tamaulipas? ¿Se irían a dormir tranquilos los priístas después de un resultado adverso por muy pocos puntos?
Creo honestamente que el lamentable suceso sí perjudica otro tanto al gobierno de Felipe Calderón. Era el pretexto idóneo para que los priístas cerraran filas y ahora defiendan hasta la muerte sus victorias en todos los Estados donde habrá elecciones. Solo hay que ver todas las participaciones de personas en los blogs de los distintos diarios nacionales para comprobar que abiertamente se responsabiliza al Presidente de todo lo malo que está ocurriendo en el país. Justa o injustamente pero así es (vaya, hasta de la derrota y el papelón de la Selección en el Mundial, no poca gente lo relaciona con la ineptitud de Felipe Calderón en manejar el país?).
Pero aún más? ¿Hasta qué grado se verán afectadas las preferencias electorales que hasta el viernes existían? ¿Será el ?Atochazo? que pueda cambiar las tendencias? ¿Quién resulta perjudicado con el asesinato, el PAN, el PRI, ambos? o crecerá el abstencionismo o el voto nulo?
Ya lo veremos en unos días.
Recuerdo la frase del ?suicidado? Mario Ruiz Massieu allá en 1999, para intentar explicar el clima de desestabilización que vivió el país desde 1994 con el levantamiento zapatista, los asesinatos de Colosio y José Francisco Ruíz Massieu, el atentado contra el cardenal Posadas, los secuestros?: ?Los demonios andan sueltos??
Repito la pregunta que hice hace un par de meses aquí mismo: ¿De veras queremos eso los poblanos?