Ajá. Ese es el dilema en el cuartel general de la campaña panista en esta capital. Pero no crea usted que la disyuntiva tiene que ver con el enfrentamiento natural que el candidato blanquiazul libra contra el abanderado de la Alianza Puebla Avanza, Mario Montero.
No. El problema se circunscribe? hacia el interior de la propia campaña Riverista.
Y es que cada día que pasa, los enfrentamientos entre el equipo de campaña de Eduardo Rivera se multiplican, simplemente porque hay dos visiones y posturas que se contraponen.
Por un lado, se encuentran todos los panistas tradicionales (del Yunque, pues) que desde hace muchos años controlan las estructuras del partido y que, por supuesto, son el grupo del que proviene y promueve el propio Lalo Rivera. Ahí, las líneas generales de la estrategia se basan en un solo principio: ?Hacer una campaña exactamente como están acostumbrados los panistas??.
Y en esa perspectiva, por eso no extrañe que Rivera haya comenzado en la Planta de Volkswagen su ?volantiza?. Sí, igualito a las campañas blanquiazules de hace diez o quince años. Claro, luego vendrán los repartos de trípticos en los cruceros, la invitación de la UPAEP a que exponga su programa, las reuniones con jóvenes que de por sí son panistas y que de por sí iban a votar por el PAN aunque el candidato fuera Toño Sánchez Díaz de Rivera? o Lalo Rivera. Pero desde luego, habrá algún tumultuoso mitin en el Jardín del Carmen y un cierre de campaña en el Zócalo con el grupo Blanco y Negro de Genaro Ramírez, telonero de alguna artista guapetona que puede ser la mismísima Patylú (digo, para que César Nava ya le pase algo de chamba a su prometida).
Con toda seguridad también ya planean el muy famoso programa ?1 x 10?, que es la forma elegante de los panistas de nombrar el acarreo que hacen el día de la elección.
El Coordinador General de la campaña de Lalo es Juan Carlos Espina Von Roehrich, los de prensa son Nacho Dávila y Javier Ramírez, Víctor Mayoral llega a auxiliarlos y el ?Huevo? Guevara intenta organizarlos a todos.
O sea, los mismos de siempre para hacer una campaña como siempre.
Y no crea que estoy inventando. Esa es la frase que utilizan los cerebros de la campaña y el mismo Lalo Rivera. La pregunta es por qué y también por qué digo que está enfrentada (dicha estrategia) a la de los? priístas.
Bueno, la respuesta a la primera pregunta es porque Lalo Rivera insiste que los panistas desean una campaña de panistas y para panistas. El problema es que olvida que esta vez va en Alianza con una bola que no son panistas y que aborrecen esas estrategias. Aunque al parecer ese es el motivo solo en apariencia.
Me comentan que la verdad es que el equipo de Eduardo Rivera jura y perjura que no tienen un centavo para la campaña y que no hay forma de hacer más que lo tradicional. Pero también? y al parecer este es el único y real motivo: Quieren que Rafael Moreno Valle sea el que solvente los gastos de la campaña en la capital. Que si quiere ganar el entorno municipal que más votos vale en el Estado, debe meterle el dinero que tanto pregonó que tiene desde hace dos años.
Vaya, que Rivera y el Yunque quieren ponerle su ?prueba de amor? a Rafa: Si quieres ganar (y que ganemos) tienes que meterle billete al asunto.
Por supuesto, esta actitud tiene más que desesperados a los estrategas y asesores de Moreno Valle y que no entienden un ápice de lo que pasa en ?su? ahora partido. Claro, todos provienen del PRI y allá las cosas se hacen de otra manera. Ellos exigen que desde ahora se prepare la estrategia de la ?movilización?, de la compra de votos, del acarreo, de los mítines multitudinarios (aunque sea siempre con la misma gente) y que el ?ejército electoral? (la mapachada, pues) no sea otra que la estructura del SNTE y enviados de Elba Esther Gordillo para que apliquen sus fórmulas de ?ingeniería electoral? con las que sepultaron a Hank Rohn en Baja California, por ejemplo.
Y así se pasan un día tras otro: Los Yunques entercados en su estrategia ?tradicional? con puntadas y ocurrencias del momento, y los priístas neopanistas desesperados por imponer sus tácticas para operar como ellos están acostumbrados. Los aliancistas (perredistas y convergentes) desde luego están con Rafa y compañía?
Pero dicen (perredistas y convergentes) que en honor a la verdad, ya no esperan demasiado de sus dizque aliados en la capital. Que los panistas-yunquistas no les cumplieron a la hora de la integración de la planilla para Regidores y que menos lo harán ahora para desarrollar una estrategia ganadora. Incluso los perredistas de plano sospechan que el Yunque ya negoció la capital a cambio de obra pública para sus líderes y santones.
Vaya, que de otra manera no se explican cómo los campañistas de Lalo puedan ser tan necios y no entender que sus tácticas de siempre los llevarán a perder? como siempre.
Y aquellos montados en su macho.
Y Rafa Moreno Valle tronándose los dedos porque jamás creyó que se haría realidad lo que en sus peores pesadillas ocurría: Que el Yunque lo iba a ayudar puntualmente? a perder.
Como colofón: Mañana le cuento la verdadera historia de la cuñada incómoda.
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