Política asistencialista en lugar de una política pública que apuntale el desarrollo integral del estado es lo que ofrecen los candidatos a la gubernatura. Nada nuevo lamentablemente, y que reflejan el único deseo de llegar al poder por el poder sin ningún compromiso con y por la población.
En tan sólo dos días de campaña los ofrecimientos de los aspirantes al gobierno, por las coaliciones ?Compromiso por Puebla?, Rafael Moreno Valle, y ?Puebla Avanza?, Javier López Zavala se han concretado a ofrecimientos simples, cortoplacistas, que satisfacen en necesidades inmediatas, sin una visión sólida y largo plazo.
Regalo de focos ahorradores, apoyo a personas de la tercera edad (como en su momento lo hizo el jefe de gobierno en el DF Andrés Manuel López Obrador), entrega gratuita de útiles escolares, computadoras, subsidios para medicinas y vivienda, son las ofertas ?económicas? de quienes aspiran a gobernar el estado.
No hay diferencia en las propuestas de los contendientes.
Esta ?propuesta económica? es simple y llanamente asistencialista.
Si bien es cierto que no se pueden eliminar de tajo los apoyos que reciben las miles de familias que viven en niveles de marginación ni las personas de la tercera edad, también es cierto que no hay una efectiva propuesta de política pública para que Puebla abandone los últimos lugares de marginación, analfabetismo y déficit en infraestructura básica.
Estudios en Puebla hay muchos. Tan sólo en esta administración se presentó hace unos cuatro años con bombo y platillo el proyecto 2031, también se hizo un amplio estudio para identificar las ?oportunidades estratégicas para el desarrollo? del estado, financiado por el Tec y Femsa, y ¿qué ha pasado?
Los resultados están a la vista, Puebla no es competitivo, poca inversión ha llegado al estado, predomina el desempleo, la informalidad, bajos salarios, y pese al centenar de universidades que hay en el estado el nivel de educación -en términos generales- es bajo.
La política macro depende del gobierno federal, aunque también los estados deben aplicar sus propias políticas para definir a dónde quieren ir y a qué ritmo.
La falta de compromiso y de programas de trabajo concretos podrían ser los ausentes en esta campaña política y, en consecuencia, durante el próximo gobierno.
Enunciados, promesas y el sacrificio de principios parece que serán la característica en las próximas semanas hasta culminar en las votaciones del 4 de julio.
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