23-11-2024 05:35:00 AM

La inequidad de género, una de las causas de la violencia

Responsable del Programa Adultos Mayores y Discapacidad de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla

Mucho se habla de la violencia familiar que sufre la mujer y sus posibles soluciones, entre ellas el acudir a terapia psicológica, que la agraviada denuncie a su agresor, que se separe de él, que trabaje a fin de tener recursos con los cuales mantenga a sus hijos o hijas, en fin, existe una gama de posible soluciones a la violencia que generacionalmente hemos sufrido las mujeres; sin embargo, muy poco se habla de uno de los orígenes que tiene la violencia, y es precisamente la inequidad de género; esto quiere decir que a las mujeres nos han inculcado una educación diferente a la del hombre, tanto en el comportamiento que debe tener una niña de un niño, como la utilización de los juguetes, la ropa que cada quien debe usar, la forma de resolver un problema, es decir las niñas sí lloran, los niños no, las mujeres son tiernas y expresan sus sentimientos diciendo ?te quiero?, los hombres no deben hacer tal acto ya que dejar al descubierto sus sentimientos indica debilidad, en fin, existen diversidad de ejemplos que podemos citar y todos ellos nos llevan a la conclusión de que el ser mujer es sinónimo de ser débil; y ser hombre, es relativo a ser fuerte y con carácter para enfrentar cualquier situación tanto económica como social que se presente, de ahí el termino ?jefe de familia?. Los esquemas socioculturales que hemos recibido por parte de quienes nos educaron, se tornaron de esta forma ya que a ellos o ellas también los educaron así, y éstos a su vez también fueron educados con roles y estereotipos definidos de lo que debe de ser y hacer tanto una mujer como un hombre. El hablar sobre equidad de género es un término que recientemente se está utilizando como parte de nuestro lenguaje, existen personas que aún consideran que el género se refiere a las mujeres y por supuesto que esto no es así, esta palabra se vincula con lo masculino y con lo femenino, es decir con los roles que nos han enseñado para que una mujer u hombre (sexo), se desarrolle en una sociedad con todo un antecedente cultural.

Ahora bien, la parte importante a tratar es que la discriminación generada por la inequidad, consistente en considerar a la mujer como débil, inferior, sujeta a dominio, sometimiento o poder que un hombre ejerce sobre ella, que visiblemente puede ser más fuerte sólo en físico más no en inteligencia y si este hecho se vincula con la idea de que la mujer es propiedad del hombre, se contribuye en gran medida a que las relaciones de poder de un sexo sobre el otro sean devastadoras; este hecho no solamente ocurre en el seno familiar a través de la violencia doméstica, también existe la violencia en las instituciones educativas en donde muchas mujeres son discriminadas en razón de su género, hoy por hoy existen docentes que consideran que las mujeres debemos estar en nuestro hogar, cuidando a nuestros hijos o hijas, haciendo las labores propias que ese ámbito refiere y no en una universidad; la violencia institucional, que consiste en los abusos de poder que emanan de las autoridades o servidores públicos hacia la mujer; la violencia laboral, comúnmente conocida pero muy poco reconocida; claro ejemplo de ello, son los exámenes de ?no gravidez? que se solicitan a las mujeres antes de ser contratadas, o bien el preguntar en la entrevista si son casadas, si tienen hijos o hijas, de qué edades, etcétera, todo esto influye en la decisión del personal de recursos humanos para contratar o no a una mujer, situación que no ocurre con los hombre, ya que si le preguntan su estado civil o si tiene o no descendientes no es un factor decisorio para darle el empleo porque se entiende que el hombre trabaja y la mujer ?debe? estar al cuidado de los menores.

Todos estos hechos de discriminación son solo algunos ejemplos que se traducen en violencia y que se viven diariamente no solo en nuestro Estado sino en nuestro País, lo importante de este tema es reconocer que fuimos educadas y educados de esa forma, y lo importante es el cambio que debemos tener en forma individual para reconocernos y estar conscientes de que somos necesarias para generar cambios benéficos para nuestra sociedad tanto a nivel económico, político, social pero sobretodo cultural.

Finalmente, solo quiero resaltar que la educación de los menores, es obligación de ambos progenitores; las labores del hogar, son responsabilidad compartida entre los miembros de la familia y el desarrollo de un país, se debe construir con la firme, constante y latente participación de las mujeres y los hombres, siendo complemento unas de los otros.

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