04-05-2024 02:01:59 PM

Seis meses de oídos sordos

Dirigente estatal del Movimiento Antorchista

Los últimos seis meses han sido de continuo golpeteo contra Antorcha, una de las organizaciones con mayor representatividad social en Puebla; para la organización que represento, también han sido seis meses de estar presente en la conciencia de los poblanos, a pesar de los intentos por acallar sus reclamos y su presencia como refugio de las clases desprotegidas. Medio año de continuos encontronazos entre dos poderes: los pobres organizados y el poder absoluto, omnímodo, de un gobernante que a pesar de ser de extracción popular no supo o no quiso ser popular, ni benefactor de las clases marginadas.

Sin duda, al licenciado Marín se le recordará por su enfrentamiento con el Movimiento Antorchista, que, a pesar de sus detractores, es el movimiento popular más representativo; también será recordado por la creación de grandes y costosos elefantes blancos que no beneficiaron precisamente a las clases populares sino a los más pudientes; no se le recordará por el fortalecimiento de la educación, mediante la creación de centros escolares; tampoco por el fortalecimiento al empleo, por el abatimiento real de la pobreza, pero sí por el gran gasto en el reparto indiscriminado de pequeñas dádivas, que no forman parte de ningún plan global de abatimiento de la pobreza, sino se usaron para dar mantenimiento a ciertos líderes y sectores sociales que rindieron la pleitesía necesaria al hombre en el poder ejecutivo, en un ambiente que -por sí mismo- no garantizaba viabilidad a su proyecto personal.

Pero tampoco se le recordará, al gobernante en turno, como un funcionario serio, responsable de sus compromisos y de su palabra empeñada, objetivo en el análisis de la situación concreta. Por ejemplo, hoy es frecuente que presuma, junto con el encargado de la seguridad y la gobernanza estatal, que en el estado todo es paz, seguridad y tranquilidad social, cuando es de todos conocido que, un día sí y otro también, hay manifestaciones públicas (sin considerar las del Movimiento Antorchista) de inconformidad y repudio a muchas acciones de gobierno, como el permiso a  empresas defraudadoras (que se cebaron, sobre todo, en los menguados ahorros de los pobres), como SITMA, COOFIA,  INVERGRUP, etc., varias de ellas ligadas a funcionarios de alto nivel.

Además de que no se actúa enérgicamente en contra de dichas empresas, pareciera que nuestro secretario de Gobernación regaña a los pobres, “por confiados” y porque manifiestan públicamente su inconformidad. La verdad es que las respuestas del gobierno a sus reclamos son sólo un manejo francamente dilatorio, para que los dueños de las empresas puedan maniobrar a su favor. Recapitulando, la situación política actual en nuestro estado y la actuación de nuestros gobernantes se traduce en: problemas serios de desempleo que, según datos publicados recientemente, se incrementó en este ultimo año a más del 10%; serios problemas de inseguridad, como el asesinato a mansalva de policías municipales y secuestros a encargados de la impartición de la justicia; ingobernabilidad municipal, como en Matamoros y Jopala, sólo por mencionar algunos casos que me constan; fraudes a los pobres, lo que seguramente aumenta la miseria en la que están sumergidos; obras multimillonarias para pequeños núcleos de elite, manifestaciones diarias de inconformidad, etc., etc.

Mientras, el 80 por ciento de los secretarios de primer nivel se encuentran enfrascados en el “convencimiento” a las masas, a las que les dicen que ellos son la mejor alternativa para gobernar en el futuro; en descalificar por todos los medios a sus oponentes, aunque estos sean de su mismo partido o una verdadera alternativa de continuidad del PRI; en crear corriente de opinión a su favor, para lo cual reúnen grupitos de “líderes”, que les ofrecen “garantizarles” el voto de sus “dirigidos” y, a través de ellos, reparten dinero (que desde luego no es suyo). Pero ninguno de ellos, absolutamente ninguno, le ha prestado inteligencia y voluntad a la solución de la difícil problemática de sus gobernados. Arguyen no tener dinero para solucionarle a los pobres, y menos a los organizados en Antorcha, sin importar que sean poblanos de los más pobres, que sus solicitudes estén plenamente justificadas e, incluso, que sean compromisos del mismísimo gobernador; nada les importa, nada les sensibiliza; según ellos, es una “lección” a todos aquellos que se atrevan a desafiar su poder omnímodo.

A los actores sociales a favor de la estabilidad, del progreso, del abatimiento de la pobreza, nos preocupa el desenvolvimiento y los resultados finales de esta política, que combina el uso de una fuerte dosis de prepotencia, para enfrentar algunos casos, con la táctica del avestruz, para evadir otros. En tiempos electorales competidos, en una época donde la gran crisis económica, que ya parece perpetua, provoca desesperación e irritación entre las masas, en tiempos en que la pobreza acendrada es mala consejera, espero sinceramente que estos hechos que provocan mi preocupación, no tengan consecuencias inconmensurables que nos perjudiquen a todos.

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