Lo que hasta hace unos meses parecía ser una tersa sucesión en la Gubernatura de Puebla, al día de hoy se ha descompuesto lo suficiente para los dos principales partidos en la Entidad.
Y no es para menos. Era de ilusos (y había un buen número) pensar que todo sería miel sobre hojuelas. Lo que se está jugando es lo suficientemente grande y costoso como para que todos aceptaran serena y noblemente las candidaturas de los favoritos… que al final no lo son de todos.
En el PRI, luego de sendas encuestas (¡ooops!)… ha quedado claro que no todo estaba decidido y definido. O por lo menos no como habían pensado los interesados. Lo dijimos aquí mismo hace meses, pero lo que no agrada suele ser minimizado.
Hoy, aunque sigue siendo un hecho que el candidato favorito del Gobernador permanece en la pelea, también es cierto que sí hay al menos otros dos que ya le hacen sombra y muy bien pueden hacer variar la otrora cantada decisión.
No nos hagamos bolas: Tanto Javier López Zavala, como Enrique Dóger y la Presidenta Blanca Alcalá, tienen la suficiente fuerza como para hacer frente al candidato (a) panista. Vamos, no es solo uno de ellos. Los tres tienen suficientes cualidades como para hacer ganar a su partido (desde luego, alguno tiene cualidades que el otro no, pero otra sí, etc.).
Y eso, que a cualquier entrenador de fútbol lo haría feliz (tener una alineación ganadora y una banca de lujo), en el caso del PRI y el Gobernador se puede volver una auténtica pesadilla.
Porque atendiendo a la actual situación, si la candidatura de uno de ellos fuera impuesta, los otros dos tendrían que haber aceptado una negociación altamente costosa (desde luego varían los premios de consolación en cada caso). Pero si no la hubiera (negociación) lo que es muy previsible es que haya graves heridos jurando venganza. Y eso también sería muy mal visto por una militancia –voto duro- cada día más escasa.
No. La única forma en que el PRI tiene garantizado el triunfo es si los precandidatos que se queden en el camino le “levantan la mano” al ungido y así enviar una señal de absoluta unidad a militantes, simpatizantes y votantes flexibles.
Pero hay algo más. El candidato a la Gubernatura debe ir acompañado de un excelente candidato en la capital, para que también apuntale los votos de la zona, más los de las áreas conurbadas y periféricas (que es hasta allá donde llega la influencia del municipio de Puebla).
Resumiendo: Solo juntando todas estas variables el PRI podrá hacer valer su cómoda ventaja sobre el PAN que hasta este momento posee (unos 15 puntos en el Estado y unos veinte en la capital).
¿Cuáles son? (las variables): Un candidato fuerte, acompañado de los “derrotados” en una campaña conjunta e institucional. Una campaña novedosa y llena de propuestas inteligentes. Un excelente candidato en la capital que no parezca impuesto también y de preferencia que no sea tan abiertamente del grupo del Gobernador. Preparación (rounds de sombra) para todos los posibles ataques del PAN, menester en lo que son expertos los azules. Partir de una ofensiva bien planeada tácticamente y no solo dar respuestas defensivas producto de la improvisación. Muy buenos candidatos en el interior del Estado también, pues pronostico desde hoy que habrá muchos sitios donde la gente no estará votando por el partido sino por personajes conocidos y bien vistos en sus respectivas aldeas.
¡Uuufff! Casi nada.
La pregunta obligada es: ¿Logrará el Gobernador y su partido (estatal y CEN) lograr esta magistral operación conjuntando todos los elementos anteriores? Si la respuesta es afirmativa, júrelo desde hoy: El PRI gana la próxima elección, aunque no sin esfuerzo.
Pero si la respuesta es negativa, el PRI puede ir pensando seriamente en una trágica derrota, en la que poco valdrán los mentados quince puntos que hoy tiene de ventaja. Esos se esfuman en un mes o mes y medio de campaña.
¿Entienden de una vez por todas el valor de los datos de los análisis muestrales periódicos? Ajá. El elemento indispensable de un médico que quiere dar un diagnóstico y de ahí recetar los medicamentos necesarios para restablecer al paciente o mantenerlo sano y vigoroso (vaya, triunfador).
Pero parece que a los políticos les choca ir a sacarse muestras de sangre al laboratorio. Les da miedo que les digan que tienen diabetes, colesterol o… cáncer.
El problema es que luego se mueren y dicen que nadie les avisó.
Mañana: El PAN en el laboratorio. Acudir en ayunas.
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