Platicando con algunos amigos, me preguntan si las tendencias tan desfavorables para Acción Nacional en nuestras últimas encuestas municipales son el preámbulo para que efectivamente salga derrotado en las próximas elecciones locales.
Y mi respuesta es la misma de siempre: Nadie puede saberlo. O bien, no necesariamente.
Es decir, una ventaja de 20 puntos porcentuales de un partido sobre otro es realmente envidiable en una época de tanta competencia electoral. Pero no puede ser definitiva faltando aún muchos meses para los comicios reales.
Por eso siempre aclaramos: Las encuestas de ninguna manera son predicciones. Son mediciones de lo que piensa u opina la gente el día del levantamiento de los cuestionarios. Y faltando tanto tiempo para las próximas elecciones, pues mucho menos aún.
Entonces, se preguntará el avezado lector (de los cuatro que leen esta aburrida columna), ¿para qué carambas publicar resultados de encuestas de preferencia partidista en estos momentos? Pues simplemente para que nos enteremos (los que queramos hacerlo) de cómo piensa en estos momentos la sociedad en general. La opinión pública, vamos. De la misma que formamos parte nosotros.
Por eso recalcamos tanto el fraseo de la pregunta “Si hoy fueran las elecciones para… ¿Usted por cuál partido votaría?”. O sea, situamos a la persona encuestada para que nos dé su opinión precisamente en el momento actual.
Es decir, no hay mala intención en publicar encuestas pre-electorales con tanta anticipación. Al contrario, para la gente, es un elemento más para estar bien informada. Y para los partidos, pues qué mejor que les digamos gratis cómo están posicionados en estos momentos. Casi casi hasta nos deberían dar las gracias, pero sería un exceso… je.
LA MENTADA VIGENCIA DE LAS ENCUESTAS…
Pero bueno, entonces ¿cuándo una encuesta ya nos puede decir un resultado “final” de una contienda electoral? Y esa pregunta tiene varias respuestas: Todo depende de cuándo se levante. Es decir, mientras más cercano esté el proceso electoral, más cercano también es el resultado de las encuestas… si no ocurre nada extraordinario.
Pues sí, pero ¿cuándo podemos saber que ya ganó o perdió un candidato?… Es variable, pero podemos pensar que las encuestas realizadas en las últimas semanas de una campaña, cuando la ventaja de un partido sobre otro ya es considerable, se acercarán mucho a los resultados definitivos.
¿Y qué es una “ventaja considerable”? Bueno, pues yo creo que más de diez puntos porcentuales. Más de quince o veinte ya es muy difícil que cambie.
¿Y eso es definitivo? Sí… si todo permanece normal. Porque hemos presenciado cambios severos si ocurre algún acontecimiento extraordinario que haga que la gente cambie de opinión (recuerdo los bombazos de Atocha en 2004 en España, que movieron las tendencias e hicieron perder la Presidencia al Partido Popular…).
Pero, por el contrario, en una competencia reñida en la que el partido que va a la cabeza de las preferencias, sólo lo está por menos de cinco puntos porcentuales a muy pocos días de la elección… nada está definido y todo puede pasar. Es lo que se llama “empate técnico”, pues además de que la diferencia es mínima, esos puntos porcentuales pueden estar por debajo del margen de error muestral que de por sí existe en todo ejercicio cuantitativo.
Bueno, pues todo este rollo es una sana contribución para que interpretemos correctamente las encuestas pre-electorales. Creo que hemos venido poniendo nuestro granito de arena al respecto desde hace varios años en este espacio.
Pero volviendo a la pregunta original de mis amigos: No. Aún no puede darse a un ganador definitivo. Falta mucho y cualquier cosa puede pasar.
Faltan los candidatos, las campañas, los debates, las coyunturas y la situación nacional (política, económica, inseguridad, etc.).
Sostener con cierta soberbia (o ignorancia) que todo está definido ya al día de hoy puede ser un costoso error del que muchos se arrepienten… cuando pierden la elección.
Y EL POSICIONAMIENTO DE LOS PRECANDIDATOS…
Finalmente, un comentario sobre el “posicionamiento” de los precandidatos…
Según distintas mediciones, ya hay “punteros” para la Alcaldía –por ejemplo- en las preferencias ciudadanas capitalinas. Y eso nos llevaría a preguntar: ¿El mejor posicionado es el que puede ganar la elección?
Y nuevamente respondo: No necesariamente.
A lo largo de los últimos diez años (por cierto, pronto los invito a un evento que tendremos al respecto de nuestro aniversario…) en el BEAP hemos aprendido ya algunas cosillas.
Uno, que el que más conoce la gente… también es el que puede tener más asociaciones o evocar más conceptos “negativos” entre esa misma población. Cuidado: El puntero suele ser más vulnerable. Y no digo que necesariamente pierda la elección, pero a veces es el más fácil de atacar por sus opositores.
Dos, que no ser tan conocido, en muchas ocasiones, es mejor. Justamente porque se puede crear una imagen nueva y fabricar una estrategia de campaña sin tantos negativos. Y en este mismo sentido, que no es lo mismo lo que conocemos quienes pertenecemos al “círculo rojo” (políticos, empresarios, líderes de opinión y periodistas), que lo que sabe o capta el grueso de la población.
A veces creemos que un personaje que tiene una determinada imagen (buena o mala) entre la clase política, necesariamente la tiene entre la población… y eso es falso. La enorme mayoría de personas no está enterada de lo que pasa en política más que en lo absolutamente general y superficial.
Así que, última lección de hoy: Cuidado con creer que los “mejores posicionados” son los que “pueden ganar la elección”. Eso no siempre ocurre. Y menos cuando hay una buena estrategia y un mejor candidato opositor.
Acuérdense.