Hasta ahora nadie -en los medios- habla del efecto que la crisis económica pueda tener sobre las elecciones locales de 2010.
Pareciera que el tema económico sólo pesara sobre la política nacional y el gobierno federal.
Conviene recordar lo que pasó en Puebla en 1983 y en 1995…
En 1983 se inició en nuestro país la insurrección electoral por la derecha, dándose sonados triunfos panistas en las elecciones locales de ese año en diversos estados de la República, especialmente del norte, cuando personajes como Don Luis H. Álvarez, Pancho Barrio, el Negro Elizondo, Adalberto ElPelón Rosas y otros, ganan las alcaldías de Chihuahua, Ciudad Juárez, Durango, Hermosillo, Mérida, etc.
En 1982 el presidente López Portillo había expropiado la banca y dejaba al país sumido en una terrible insatisfacción con el desempeño de la clase política -entonces 100% priista- que hubo de resistir los embates de la clase media ilustrada -la misma que el 5 de julio votó en blanco- y que comenzó a participar en política en un PAN que se abría a la sociedad…
Bajo ese escenario se dieron los comicios locales de 1983 en Puebla, cuando Ricardo Villa Escalera arrolló a Jorge Murat y al gobernador Jiménez Morales, y inaugurándose el fraude patriótico operado por Manuel Bartlett desde la secretaría de Gobernación, pero que aquí se exhibió ante la nación y el mundo cuando la gente despanzurró las urnas previamente rellenadas con votos a favor del PRI…
En 1995, meses después del error de diciembre que nos sumió en una crisis, no sé si mayor o menor que la actual, pero en mi opinión mucho más aguda, también hubo elecciones aquí. Era gobernador ese operador político que todos los medios calificaban como extraordinario: Manuel Bartlett, pero resulta que el PAN tuvo una enorme victoria ganando no sólo la alcaldía de Puebla, sino las de las principales ciudades del estado. Mario Marín se desempeñaba en gobernación estatal…
Para las elecciones locales de 2010, la molestia de la gente, no sólo por la crisis económica, sino por la guerra contra el narco, la inseguridad, la sequía, la influenza y muchos etcéteras, será determinante. A eso agreguemos la banca rota del gobierno (federal, estatal y municipal) y su insolvencia ante clientelas que verán como deja de fluir la lana, y que actuarán en consecuencia.
La factura la pagará la clase política tradicional, ahora ya no solamente priista, sino también panista y de otros partidos…
Hay quien ya se siente seguro ganador… eso es por definición un error mortal…
En mi opinión será candidato de su partido… ¡pero perderá las elecciones…!!!
Todo se está configurando para que irrumpa un caballo negro que en medio de la sorpresa de todos, enarbole las causas que ningún político tradicional se atrevería a abordar y arrolle -con el respaldo de la clase media ilustrada, que está hastiada de ellos- a quienes sin coco, ni huevos, ni lana, perderán toda capacidad de respuesta ante las demandas y anhelos populares…