30-04-2024 06:33:02 PM

Mondragón?historia de imposiciones

Primera parte

“Quiero ser el candidato de la unidad”-se cansa de repetir hasta la saciedad ante los medios de comunicación el joven aspirante y seguro próximo líder estatal del PAN en Puebla, Juan Carlos Mondragón.

Muy bien.

Sin embargo, el término parece cada vez más ajeno a la contundente realidad que se vive al interior de Acción Nacional.

Y es que, para lograr la tan ansiada unidad, cada uno de los grupos que coexisten en el partido debe de sentir que existen las condiciones de transparencia, legalidad y de igualdad de participación en un proceso interno que los propios militantes han definido como fundamental para el futuro político inmediato de la derecha local.

Ahora bien, en este contexto, nada más ajeno que las imposiciones para alcanzar lo anterior.
Mondragón podría no ser la persona ideal para unificar a las tribus panistas en esta coyuntura tan importante para ellos.

A pesar de que se han logrado las firmas de apoyo a su candidatura por parte de las figuras más importantes del panismo poblano, incluida la del propio Rafael Moreno Valle, la historia reciente nos enseña que en su breve pero intensa carrera dentro de la política nacional, Juan Carlos ha estado en el centro de polémicas intensas que han sembrado dudas importantes sobre la transparencia y la legalidad de aquellos procesos que le permitieron, por un lado, llegar a la secretaría nacional de Acción Juvenil, y por el otro, perfilar a su sucesor.

Sí, Mondragón ha sido producto de una imposición y artífice de otra más.

Para nadie es un secreto que, en 2004, Manuel Espino, entonces Secretario General del CEN del PAN, movió cielo, mar y tierra para garantizar el control de los jóvenes panistas perfilando a Juan Carlos con el apoyo incondicional del presidente Vicente Fox a través de la operación directa de amarres de delegados que realizó desde la Oficina de Innovación Gubernamental, Ramón Muñoz.

Un partido incondicional al presidente era la consigna y evitar por supuesto que grupos ajenos a “la organización” pudieran llegar a controlar al que es considerado como el semillero de jóvenes yunquistas y principal formador de nuevos cuadros para Acción Nacional.

Juan Carlos tuvo en José Espina Von Roehrich, a quien Espino heredó la Secretaría General del partido, a uno de sus principales aliados.

Líder juvenil en el período 1989-1992, Espina vio en Mondragón el perfil perfecto para lograr lo anterior.

Inteligente, de buena preparación, pero sobre todo, de una institucionalidad y afinidad ideológica a toda prueba, Juan Carlos garantizaba al cien por ciento la continuidad del grupo que desde 1989, cuando Saúl Ruiz Arriaga le arrebató la dirigencia juvenil a los antiyunquistas, en ese tiempo encabezados por el hoy presidente Felipe Calderón, el primer líder oficial de los jóvenes panistas en el período 1987-1989.

Otro apoyo fundamental con el que contó Juan Carlos para su llegada a la Secretaría general de Acción Juvenil fue el de César Nava, hoy flamante presidente del CEN blanquiazul y que también había ocupado el cargo de 1995 a 1998.

Nava amarró, operó y cabildeó para garantizar la llegada de Mondragón, contando con el apoyo de Rogelio Carbajal Tejada y Carlos Torres Torres, desde la revista creada por ellos y que bautizaron como LA PANdilla, impidiendo así que grupos potencialmente opositores a la candidatura de Juan Carlos pudieran siquiera sacar la cabeza.

Esa es la unidad panista.

Por cierto, César Nava se convierte nuevamente, 5 años después, en un personaje central en la carrera del joven Mondragón.

El será el artífice de la inminente imposición.

latempestad@statuspuebla.com.mx

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