02-05-2024 07:06:31 PM

Campesinos y colonos politizados

Dirigente del Movimiento Antorchista en la mixteca poblana

Campesinos y colonos antorchistas llevan más de dos semanas de plantón frente a Casa Aguayo, sede del Ejecutivo, para exigir al gobernador del estado, Mario Marín Torres, que cumpla con los compromisos contraídos con la dirigencia antorchista. Se trata de obras (tales como redes de energía eléctrica, agua potable, pavimentación de calles, guarniciones, banquetas, pisos y techos dignos, puentes, escuelas y hospitales) que buscan aliviar las condiciones infrahumanas en las que viven campesinos pobres.
Lo justo de las demandas, así como el tiempo que llevan planteadas, las hacen objeto de pronta y necesaria resolución por parte de las instancias gubernamentales encargadas de atender y resolver cada una de las solicitudes planteadas; si hubiera un mínimo de sensibilidad y un mínimo de compromiso con los que menos tienen. Son pues, la falta de atención y respuesta a nuestras demandas las causas que originaron el movimiento y son esos mismos motivos los que nos hacen permanecer frente a Casa Aguayo.
No es la cerrazón ni la soberbia antorchista, sino la falta de una propuesta razonable, la que nos obliga a permanecer en plantón y el motivo que nos hace irnos preparando para una larga y difícil permanencia, que esperamos sepan comprender y apoyar los ciudadanos poblanos. Los sacrificios y las incomodidades que hacen y viven los campesinos, colonos, estudiantes y maestros son enormes; pero vale la pena sufrirlos, pues estamos rescatando el derecho de todos los pobres a una vida mejor y, al mismo tiempo, esta lucha está convirtiendo a los hombres y mujeres en verdaderos tribunos populares, que saben el origen de sus problemas y cómo resolverlos.
Por eso, es realmente digno de oírse que muchos campesinos dicen que es práctica común de varios presidentes municipales -en contubernio con supervisores de obra- informar de obras, cuyo costo es de 300 mil pesos, elevando los montos hasta a un millón de pesos. Es la forma, dicen, en que se enriquecen los alcaldes. Así se explica que varios presidentes sean ahora dueños de ranchos ganaderos, refaccionarias, casas lujosas, vehículos último modelo, sin que haya autoridad alguna que intente poner un alto a tan grandes y graves desmanes; terminan diciendo: “hay toda una red de complicidades”.
Pone los pelos de punta escuchar a pequeños comerciantes denunciar que, en el Tianguis de San Martin Texmelucan, carteristas, estafadores y ladrones de toda laya, operan con la protección de las autoridades encargadas de combatir estos delitos, a cambio de un porcentaje sobre el monto total de lo robado. A últimas fechas, los comerciantes comentaron que el número y la agresividad de los delincuentes ha aumentado, pues, al tiempo que se busca aumentar las ganancias de lo robado, también se busca desestabilizar al tianguis, para provocar la caída de la nueva meza directiva, encabezada por el señor Martín Gallo (de filiación antorchista) y, junto con él, la salida de la única organización que puede poner fin a los abusos de los rateros y de las autoridades coludidas con ellos.
Asombra saber, por boca de colonos matamorenses, que el conflicto político que vive Izúcar de Matamoros es una lucha por la gubernatura entre Mario Montero Serrano y Javier López Zavala; fundan su aseveración en el hecho de que al presidente municipal en funciones lo apoya Mario Montero y al grupo disidente -encabezado por Manuel Vega Rayett, su esposa y los caciques de matamoros- lo apoya Javier López Zavala. Por lo tanto, el intento de linchamiento de que fue objeto el presidente municipal lo único que prueba es que los grupos en la búsqueda del poder son capaces de llegar al asesinato para lograr sus fines.
Por eso, da gusto oír cómo varios de ellos -de mutuo propio- llegan a la conclusión natural y lógica de que este país, así como está, no puede seguir. Gritan, realmente preocupados por la paz y el desarrollo de nuestra nación, que los niveles de injusticia, de corrupción, de atraso y de marginación, son tan altos que es necesario, no un cambio de partido (pues ya se vio que todos son iguales) sino un cambio de políticos. Urge la formación de políticos honrados, limpios  y comprometidos con el pueblo. Después de escuchar palabras más palabras menos, los razonamientos y planteamientos de los campesinos pobres no puede uno dejar de concluir que se comete una gran injusticia y que se les agrede y ofende cuando algunos reporteros, para deslegitimar sus reclamos los llaman acarreados.
La verdad es totalmente contraria a este dicho. Son campesinos que saben a qué vienen, dónde está el problema y, lo más importante, saben cómo resolverlo. Por eso están en protesta. Bien haría el gobierno de Mario Marín en atenderlos y hacerles propuestas aceptables. De lo contrario, es seguro que permanecerán el tiempo que sea necesario hasta obtener respuestas satisfactorias a sus demandas.

 

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