Como les he venido platicando a los cuatro que a veces me leen, en los últimos días hemos estado levantando encuestas (el BEAP, S. C.) de percepción ciudadana en Puebla y Veracruz. Y es que queríamos medir el pulso de la gente después de pasada la primera emergencia general de la Influenza humana.
Efectivamente, la alerta continúa en algunos Estados del país, pero en la mayoría de zonas las cosas como que comienzan a volver a la normalidad. Sobre todo en el D.F. y por supuesto en Puebla, desde donde somos estrechos vecinos de todo lo que ocurre en la capital de la República.
Así pues, aunque seguimos en el trabajo de campo, puedo adelantar algunas conclusiones interesantes. Más adelante lo haré en la forma acostumbrada, es decir, con gráficas y tablas.
En primer lugar, seguimos constatando lo que ya sabemos de antemano: El proceso electoral del 5 de julio próximo despierta muy poco interés en la mayoría de las personas. Calculamos que el abstencionismo será superior al 60 o 65 %. Ya lo hemos repetido aquí mismo: La gente anda mucho más preocupada por el tema de la influenza, de la crisis económica y falta de empleo y, por supuesto, de la inseguridad pública, que por la votación de Diputados.
Es cierto que apenas están comenzando las campañas y aún no se vive un clima de mucha efervescencia. Y quizás sea por eso también que la mayoría de personas ni siquiera conoce a sus candidatos o a qué Distrito pertenece cada quién. Pero también es cierto que la campaña ahora será muy corta (afortunadamente) y quién sabe si les dé tiempo a los aspirantes a posicionarse en la mente del elector. Yo lo dudo.
Pero hay más. Paradójicamente, las campañas publicitarias del IFE invitando al voto y a la participación democrática, también nos están perjudicando a los encuestadores.
Me explico: Si bien es un acierto el invitar a la gente a que vote y que no sea indiferente, también se le repite una y otra vez que “el voto es secreto”. Y esto último ha hecho mucho daño entre mucha gente, pues piensan que responder una encuesta es una forma de dar a conocer su preferencia y que esto es ilegal.
Por lo anterior, cada vez se nos dificulta más a los encuestadores el que los ciudadanos respondan espontáneamente sobre por qué partido van a votar en una elección futura. Ha crecido exponencialmente la respuesta “No contestó” en nuestras tabulaciones y también el “No sabe”.
Desde luego, también crece la respuesta “Ninguno” (a la pregunta ¿Por qué partido votaría Usted si hoy fueran las elecciones), por todo lo que ya hemos comentado acerca del rechazo a los partidos y a sus integrantes.
Entonces, imagínese, ahora el trabajo de los que nos dedicamos a medir la opinión pública en el tema electoral, tiene que ser mucho más cuidadoso para no errar en la interpretación de los números.
Y más aún, una vez que terminaron las precampañas y cesaron por varias semanas los spots de los partidos, los que sí continuaron a toda hora fueron los del IFE. Por eso ha crecido entre la gente esa postura de que “el voto es secreto”.
Pero además…
Creo que las preferencias partidistas se están cerrando cada día más. En la elección de julio próximo, gane quien gane, lo hará por muy poco margen con respecto a sus más cercano competidor.
¿Pero cómo es esto posible si durante meses el PRI le estaba llevando una cómoda ventaja al PAN (al menos en Puebla capital, que es donde más medimos en el BEAP)?
Bueno, hay varias hipótesis.
La primera -y siempre obvia- es que las mediciones que se hacen cuando aún no comienza un proceso electoral, suelen ser engañosas. Las campañas, los candidatos, la situación coyuntural al momento de la propia contienda, los errores o aciertos de los candidatos y hasta la guerra sucia, vienen a modificar la tendencia hacia los partidos.
Por otro lado, creo sinceramente que en el PRI se están confiando mucho. Creen que por estar durante muchos meses a la cabeza de las preferencias (lo cual siempre ha sido cierto) se les daría una victoria más que fácil sobre el PAN en julio próximo.
Cuidado (para los priístas, claro). La tendencia electoral es muy volátil hoy en día y cambia muy rápidamente.
Al parecer, en el PRI se han echado a dormir y, como en la fábula de la liebre y la tortuga, pueden darles una buena sorpresa. Acuérdense.
Les puede pasar exactamente o que le ocurrió al PAN en 2007: Según ellos, ganaban hasta con un burro. Y el tiempo les dio una lección a su soberbia. ¿Ahora los burros son los del PRI?
Falta poco menos de dos meses para la elección. Cincuenta días de campaña, pues. Aún pueden cambiar mucho las preferencias. Ya veremos qué ocurre.
Por cierto, el que sí salió dañado por la Influenza es Felipe Calderón. Pocos le creyeron. Pero esa… es otra historia (que mañana o pasado les cuento).
LA NOTA AL PIE…
Les pido una disculpa a los estoicos que leen esta aburrida columna, pues probablemente mañana o pasado no aparezca la misma… Andamos en Xalapa, encuestando. Pero si nos da tiempo, pues mandamos la colaboración.
