El empleo es la variable más lastimada de la crisis, más en aquéllas economías que tienen entre sus “ventajas”, abundante mano de obra y barata. El mal se devuelve a la sociedad por la vía del mercado; la economía se orientó a satisfacer los mercados de exportación explotando ventajas locacionales débiles en zonas urbanas, en consecuencia el volumen de las rentas, de los salarios y la derrama económica de la que se nutre el sector terciario, estuvieron sujetos a estímulos externos, vulnerables a la coyuntura.