Nuestro entorno capitalino es, desde hace más de una década, un ejemplo vivo de la alternancia partidista en su gobierno. El PRI durante muchos años administró la ciudad y luego vendría el PAN, del que ya hemos experimentado también dos gestiones, para nuevamente ceder el poder al tricolor.
A mí me queda claro que cada administración ha tenido su sello característico. Eso lo hemos podido apreciar los poblanos, y por eso hemos votado por uno u otro. Los medios, desde luego, también se han encargado de calificar desde sus posiciones, a veces imparciales o a veces no tanto, esa forma particular de gobernar que han tenido los distintos Presidentes Municipales.
Pero lo que sí es un hecho es que cada administración capitalina ha hecho esfuerzos por hacer las cosas bien. No creo que ninguna autoridad, en su sano juicio, haya deseado que a Puebla le vaya mal o que la ciudad quede hecha un desastre. Por favor.
Por eso me llama siempre la atención que, de acuerdo a las filias y fobias partidistas, se califiquen las propuestas de cada uno de los Ayuntamientos que hemos tenido desde 1996 para acá.
Si las hace o propone un panista, los priístas y sus corifeos las califican de malas, innecesarias, locuras o despilfarros. Si las hace o propone un priísta, los panistas dicen que están mal planeadas, que hay corrupción o que no es posible realizarlas.
Pero, carambas… ¿Por qué no apoyar cualquier propuesta, inteligente o novedosa, si es por el bien de la Ciudad? La lance quien la lance. El caso es que se haga ¿no?
Me da mucha risa –si no fuera porque es algo serio- que se esté criticando últimamente a la Presidenta Blanca Alcalá por “estar reviviendo proyectos paredistas”. Y me vuelvo a preguntar ¿Y eso qué? Si son proyectos para que Puebla progrese, pues bienvenidos. No le sigamos buscando problemas a cosas que no los tienen.
O que ¿cada Alcalde debe destruir todo lo que hizo su antecesor solo para “deslindarse” ridículamente de proyectos que sí hacían falta en su momento o bien que siguen dando servicios a la ciudadanía? ¿Hasta cuándo habrá la madurez necesaria para continuar obras, proyectos y planes que miran al desarrollo de nuestro entorno y que obviamente durarán muchos más años que un solo trienio?
Blanca Alcalá está trabajando. No lo digo yo. Es lo que percibe la mayoría de los habitantes de esta capital. La próxima semana mostraré las mediciones respectivas (del BEAP, pues). También he escuchado y visto varios de sus proyectos. Y son buenas ideas que poco a poco se irán concretando (muchas de ellas ya son realidades).
Y qué bueno. Lo dije una vez en Radio y en esta misma columna y ahora lo repito: Las obras y propuestas para que mejore Puebla hay que apoyarlas, las realice quien las realice. Ya chole de medir todo de acuerdo a posturas ideológicas o partidistas del siglo pasado. Caducas, pues.
A mí me parece que Blanca Alcalá ha hecho un buen trabajo este primer año. No se ha metido en broncas ni en conflictos estériles. Y los que ha tenido (como lidiar con las tonterías y excesos del líder sindical del Ayuntamiento) las ha sabido librar muy bien.
Hoy la primera Alcaldesa de Puebla está muy bien calificada por los poblanos. Por supuesto habrá quien opine lo contrario. Y está muy bien también.
Pero de eso a criticar por criticar cualquier cosa que haga solo porque no es del partido de mis preferencias o bien porque quiere continuar proyectos que han propuesto Alcaldes de otro partido, es absurdo y da flojera. Y de eso ya estamos hartos. ¿No?