La decisión del congreso poblano de decretar la cadena perpetua para secuestradores que incurran en agravantes como mutilar o maltratar a sus víctimas, o pertenecer a algún cuerpo policial o institución del servicio público, es en realidad una cuestión de forma y no de fondo.
Los diputados poblanos tratan así de obtener un beneficio particular en términos de imagen, haciéndole un traje a la medida al grueso de la ciudadanía, siempre ávida de soluciones mágicas en materia de seguridad pública.
No, la medida no resuelve el problema ni es la panacea para combatir el secuestro, uno de los delitos que va a la alza en este país y que más daña el tejido social, pero que en la mayoría de los casos se da con la complacencia y la participación directa de las propias autoridades.
Ese es el punto central.
Mientras no se combata efectivamente la impunidad, la decisión de imponer mayores penas carcelarias a los secuestradores no pasará de ser una romántica quimera, muy útil para endulzar el desabrido discurso oficial, pero muy poco efectiva al momento de dar resultados.
Si un delincuente, potencial o consumado, sabe que tiene tan solo un 3% de probabilidades de ser detenido, encarcelado y sentenciado, decidirá secuestrar o seguir secuestrando, independientemente de si la pena es de 10, 30, 50, 70 años o de toda la vida.
Los señores diputados tendrían que plantearse un proceso serio de limpieza al interior de las instancias encargadas de procurar y administrar justicia.
Apretar tuercas a jueces y magistrados, a policías y ministerios públicos, en el ámbito local y federal para inhibir la descarada complicidad que existe entre ellos y las bandas organizadas dedicadas al secuestro.
Una vez que se logre esto, o que por lo menos se den pasos serios, concretos, importantes en ese tenor, entonces sí se justificarán el despliegue mediático y el optimismo declarativo.
Antes no.
A LA CARTA
“Escribo para pedirle que ponga atención y lupa a la delegación de Migración en Puebla, pues el nuevo delegado Carlos Cobos “el Bejarano de Anatere” ya empezó a correr a personas, ya preguntó donde está el “negocio” en el aeropuerto, tiene delirio de persecución, maltrata a las personas y espera nuevo hueso que le dará su madrina Anatere (la subsecretaria) en la delegación de la $CT ($ecretaría de Comunicaciones y Transportes)”.
“Soy un trabajador de la delegación del INM en Puebla, no soy panista, priista ni perredista, soy mexicano y lo único que me interesa es conservar mi trabajo para mantener a mi familia”.
“Prácticamente, el primer día que llegó “el Bejarano de Anatere exigió la renuncia de 3 personas por “instrucciones de Ana Teresa” (la subsecretaria de gobernación) porque necesitaba esos espacios para su gente. La segunda semana en su cargo pidió la renuncia a dos personas mas, una de ellas se negó y por ello lo mandaron a la selva de Chiapas”.
“Del nuevo delegado, Carlos Cobos, nos asombra su prepotencia, intolerancia que llega a ser hasta insultante, pues le dice a la gente que ve de baja condición social “¿no te alcanza para la peluquería?”, “¡Báñate, hueles feo!””
“Y así tendrá la conciencia, pues en cuanto llegó preguntó qué coche era el que utilizaba el anterior delegado y no lo quiso, entonces pidió otro coche que ya estaba y lo llevó a revisar para que no hubiera ningún sistema de espionaje (pues donde andará).”
“Lo más grave, es que fue al aeropuerto para preguntar cuál era el negocio -acción por la que ya se le conoce en la delegación como el “Bejarano de Anatere”- y hasta se atrevió a decir que de las ganancias “repartía” la mitad. Qué horror…..”
“Otra cosa que nos molesta, es que hay gente que ni trabaja en la delegación y nos dan órdenes… será que el delegado desconoce el servicio profesional de carrera, o peor aún, ni siquiera sabe de la experiencia que tenemos trabajando en la institución”.
“Además, no lleva ni un mes en la delegación y el “Bejarano de Anatere” se ufana en decir que su paso por la delegación es de un rato y que el próximo cargo que le dará su madrina es en la $CT”.
“Ojala y esta inquietud la conozca la gente de México para que tomen cartas en el asunto y si quieren quitar a gente, sea por cuestiones de capacidad y honestidad, y no por “instrucciones de Anatere””.
“Muchísimas gracias por su atención y espacio”.
latempestad@statuspuebla.com.mx