Aunque para la sucesión de Mario Marín falta todavía mucho –pero cerrando cifras y tiempos reales, poco más o menos de un año-, tal pareciera que ya es el tema más importante para analizar tanto por políticos como por los sagaces observadores de su actividad, es decir, los periodistas.
Casi no hay otro tema en las mesas de conversación. Poco importan las elecciones del año próximo, aunque sean un alto importante en la carrera. Incluso ese proceso es visto más bien como un paso hacia la Gubernatura, pues el partido que logre la victoria habrá dado un buen golpe psicológico a su adversario: la gente quiere a tal o cual opción más que a la otra.
Y lo que también se ha modificado un poco es la lista de aspirantes. Desde luego me refiero a los de los dos partidos que se estarán disputando la elección, o sea el PRI y el PAN. El PRD ha desaparecido prácticamente de la escena poblana (carece de un liderazgo visible y no hay al momento, y creo que no lo habrá, un personaje con suficiente arrastre para ser un candidato a gobernador con alguna posibilidad).
Hace algunos meses se hablaba de muchos personajes entre los suspirantes. Hoy se ha reducido a unos seis o siete con verdaderas probabilidades de llegar a la final. Se empieza a desgranar la mazorca, como diría mi abue.
En el PRI quedan Javier López Zavala, quien sigue siendo la opción del cariño del Gobernador. Enrique Dóger, que resurgió con serias posibilidades después de que se aprobó su cuenta pública. Últimamente se coloca el rector Enrique Agüera, quien ya no puede esconder sus inquietudes. Y desde luego la Presidenta Blanca Alcalá, quien siempre estará en la lista por el cargo que ocupa y por mantener un nivel de posicionamiento siempre alto.
No veo más. Los demás deberán buscar otra cosa. O sumarse a alguno de los anteriores. Es muy difícil que hubiera un plan C, D o E en el PRI. Sobre todo porque ya no da tiempo de posicionarse. Son los mencionados y realmente tienen posibilidades de ganar la elección, si se combinan escenarios, desde luego.
En el PAN todo se reduce a tres nombres. Ana Teresa Aranda, quien si busca y gana una Diputación federal podrá estar haciendo campaña una vez más por algua zona del Estado, volverá a mover operadores y revivirá simpatizantes (que nunca los ha perdido).
Los otros dos aspirantes blanquiazules son los Senadores Rafael Moreno Valle y Humberto Aguilar Coronado. El primero mejor posicionado que el segundo, pero éste con relaciones y probabilidades de otra índole, además de que no se ha desgastado tanto.
No hay más.
De entre estos siete personajes saldrá el próximo Gobernador de Puebla.
¿Pero cuáles serían las probables combinaciones o escenarios electorales?
Buno. Por el momento solo es una especulación (no es una encuesta… que en su momento la haremos desde luego). Pero por sentido común sabemos quiénes tendrían más probabilidades de triunfo si se enfrentan a un determinado adversario. Usted mismo haga las combinaciones y con facilidad hará los pronósticos.
Pero lo que pocos han valorado al momento es que el que acompañe de candidato a la Alcaldía de la capital al candidato a Gobernador le puede sumar o restar posibilidades. Puebla obtiene un 40 % de la votación estatal. Y aunque efectivamente el candidato más importante “jala” al menor, la verdad es que si éste último no entusiasma al electorado, se convierte en un pesado lastre para el otro.
¿Y si en los partidos fueran inteligentes y lanzaran a duplas ganadoras de entre los mismos aspirantes a la Guberantura? En el PAN ya se ha pensado, pero en el PRI hay un grupo de suspirantes a la Alcaldía (que por supuesto no están entre los precandidxatos a Gobernador) que no quiere olvidar sus sueños, guajiros naturalmente.
¿Qué prevalecerá entre los que deciden en los partidos? ¿Querer ganar o querer dejar satisfechos a los aspirantes?
Muy pronto, pues, análisis FODA de todos los que hemos mencionado. Como siempre y como en cada proceso. Muy criticados pero leidos por todos. Basados en estudios cuantitativos y cualitativos que hemos venido haciendo en el BEAP desde hace tiempo.