Dirigente del Movimiento Antorchista en la zona de Izúcar de Matamoros
A punto de cumplir un año como presidente municipal de Tlapanalá, el señor José Villalba Rosas incumple con su obligación constitucional y con las promesas que hiciera en campaña: se niega a atender las demandas de sus gobernados, en materia de obras y servicios. Prueba de ello es que, el pasado 12 de noviembre del año en curso, las propias autoridades auxiliares e inspectores se manifestaron, en compañía de sus gobernados, para exigirle al edil que ejecute obras para el desarrollo de las comunidades.
Cualquier persona que haga un recorrido por Tlapanalá y sus juntas auxiliares podrá constatar que lo que los presidentes auxiliares y el pueblo exigen está más que justificado. Es sabido por todos nosotros que la mayoría de los pueblos de México carecen de la infraestructura básica necesaria para que sus habitantes tengan una vida digna; Coatepec, Tepapayeca, San Luís Chalma, Santo Domingo Ayotlicha, Tepetzingo, Aztla y Las Palmas (todas ellas juntas auxiliares del municipio en cuestión) no escapan a esa cruda realidad; estas poblaciones carecen de aguas potables, drenajes, electrificaciones, pavimentaciones, escuelas dignas, etc. Obras que, cabe aclarar, además de ser necesarias, fueron comprometidas por el actual gobernante, o sea que, como lo dije líneas arriba, se aprovechó de las necesidades de la gente para obtener su voto. ¿Pruebas? El día 10 de octubre de 2007, en plena campaña política, ante más de 500 habitantes de la comunidad de Las Palmas, Villalba Rosas se comprometió a terminar el drenaje de esa comunidad y a pavimentar la calle que la une con Coatepec, ¡Sorpresa! No ha iniciado ninguna de las dos acciones.
Más aún, una clara muestra de la poca seriedad con que tomó a las autoridades auxiliares, ya asumido el poder, es que el alcalde las llamó y les dijo que “analizaría” las necesidades, que les buscaría después para darles una respuesta; nunca lo hizo. Tuvieron que ser los propios ediles auxiliares los que le recordaran las necesidades de sus pueblos y sus promesas; José Villalba pidió que le tuvieran confianza, porque las obras se efectuarían. Como muestra de buena fe, los auxiliares esperaron, pero pasaron los meses y no se ve que el munícipe tenga intención de cumplir con lo pactado. De ahí que las autoridades auxiliares acudieron de nueva cuenta –ya lo habían hecho en reiteradas ocasiones- a pedir una respuesta, obteniendo solamente negativas. El edil de Tlapanalá, evadiendo sus compromisos y faltando a su palabra, se rehúsa a llevar a cabo las obras que las comunidades requieren.
Ante una actitud como la aquí narrada, los pobladores de las comunidades y sus autoridades se manifestaron, de forma pacifica, frente al Palacio Municipal, para exigir que el alcalde cumpla con su función de gobernar para todos y lleve desarrollo a las juntas auxiliares, a través de la realización de obras. ¿Cuál seria la sorpresa de los inconformes? En primer lugar, el presidente municipal andaba paseando en la ciudad de Puebla; además, luego de siete horas de espera, al presentarse finalmente José Villalba en el Ayuntamiento su respuesta consistió en más maniobras y argucias, para no comprometerse, ya no digamos siquiera a realizar los trabajos, sino que -de plano- lanzó negativas a realizarlos para este año, alegando que se ha ejercido todo el techo financiero que le corresponde al municipio.
Suponiendo, sin conceder, que el monto de las obras no haya sido inflado en cuanto a costos, me pregunto ¿en qué se han ejercido los 9 millones de pesos? ¿De qué forma se han aplicado y dónde? Porque las comunidades de Tlapanalá siguen esperando que se les construyan calles, que se introduzca energía eléctrica, que sus hijos tengan escuelas dignas y maestros suficientes; en otras palabras, que el presidente atienda las necesidades de sus gobernados. Tal parece que este gobierno no está para responder a quienes lo eligieron sino para repartirse el botín y proyectar su imagen.
Si mañana o pasado las autoridades auxiliares desconocen a José Villalba Rosas, ello será el resultado de la soberbia del alcalde y de su terquedad. Ojala no ocurra esto, por el bien del propio edil, pues no hace mucho la opinión pública poblana supo de lo que es capaz la gente de este lugar cuando se quieren burlar de ella y de sus autoridades auxiliares ¿O ya se le olvidó al presidente municipal lo que le ocurrió a los presuntos zetas? Será responsabilidad única y exclusiva de él lo que suceda en el municipio. Que conste.
