Vaya que ha sido torpe la estrategia que ha implementado el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación en Puebla para manejar la crisis ocasionada por las manifestaciones de maestros disidentes.
Primero, la minimización reiterada, casi obsesiva, pero muy poco creíble.
Después, la desvinculación sistemática de docentes poblanos del movimiento: “no son de aquí, vienen de otros estados. Puebla no es Morelos, Puebla no es Oaxaca,” se cansaron de argumentar.
Pero la siempre contundente realidad se encargó de mostrarles que sí hay inconformidad en los maestros poblanos y que sí existe un movimiento de resistencia real en contra de los actuales líderes del magisterio.
Sin embargo, la torpeza mayor de las cabezas del SNTE local, fue la de llevar a cabo una estrategia que tenía como objetivo el martirizar mediáticamente a algunos de sus miembros, para mostrar a los disidentes como auténticos delincuentes y tratar de recuperar la simpatía de la opinión pública.
Por eso, desde hace días se manejaba la versión de que 10 maestros de la sección 51 se encontraban “secuestrados” al interior de las oficinas de la representación sindical, custodiados y amenazados por maestros inconformes armados, y que ya llevaban una semana subsistiendo en condiciones precarias.
Falso.
Ayer, cuando por fin los disidentes que se encontraban custodiando las instalaciones del sindicato decidieron entrar a las oficinas y permitieron el ingreso de medios de comunicación, se supo la verdad.
El supuesto secuestro era más falso que el rostro de Elba Esther Gordillo, que tiene más operaciones que un libro de cálculo.
Los maestros no sólo no estaban retenidos en contra de su voluntad, sino que contaban con todas, absolutamente todas las comodidades como para gozar de unos días de asueto sin ningún problema.
Comida de sobra: fruta, pan, galletas, atún, antojitos, refrescos, café.
Chupe suficiente: botellas y botellas de tequila Corralejo.
Y diversión garantizada: televisión de 21 pulgadas con sonido Surround Sound con sistema de cable incluido.
Nada mal para las “víctimas” del movimiento.
Para colmo, se demostró también que los accesos posteriores a las oficinas estaban completamente libres de manifestantes, por lo que los maestros podían salir de su “cautiverio” cada vez que se les diera la gana.
¿Cómo la ve?
Jugaban al cautivo de día y por la noche se iban cómodamente a dormir a su casa.
Esto quedó más que evidente cuando uno de los falsos secuestrados habló ante las cámaras de televisión antes de que se descubriera el teatrito.
Y es que, este individuo apareció bien bañadito, bien peinadito y perfumadito, una imagen muy poco apropiada para alguien que lleva secuestrado una semana.
Por si fuera poco, tuvo el descaro de declarar que temía por su vida y la de sus compañeros y que se encontraban subsistiendo en “condiciones deplorables”.
Qué cinismo ¿no?
Todo esto confirma la monumental torpeza de Cirilo Salas, líder de la Sección 51 del SNTE, autor intelectual de semejante estupidez y único secuestrador real de los 10 docentes disfrazados de víctimas, además de demostrar el nivel real de desesperación, preocupación y nerviosismo de los líderes magisteriales poblanos ante una crisis real, no menor, que de plano no han sabido manejar.
LAS BASES DE LA IGNOMINIA
¿Qué el gobierno del estado le va a dar plazas a los maestros disidentes?
Así, nada más, sin examen de oposición y sin comprobar que sean realmente merecedores de las mismas.
¿Serán capaces?
De hacerlo, no sólo mostrarán que lo que menos les importa es la calidad educativa, sino que se trata de un pago de facturas por las movilizaciones realizadas.
Así, será obvio que instancias relacionadas con el gobierno estatal si están detrás de las manifestaciones.
No cabe duda, algunos “operadores” dejan más huellas que un elefante en el sexto mes de embarazo.
Ni como ayudarlos.
latempestad@statuspuebla.com.mx
