La directiva del equipo de fútbol Puebla iniciará próximamente un procedimiento penal en contra de la auténtica mano derecha de Francisco Bernat, el contador Álvaro Flores.
Sí, todo parece indicar que el presunto fraude cometido por el otrora “hombre fuerte” de la operación del equipo no quedará únicamente en un asunto de tipo mediático, sino que habrá consecuencias jurídicas.
La división que existe entre los socios se agudizará con este asunto.
Henaine y compañía buscan a toda costa vestir de “caqui” al voluminoso contador, como medida de presión para asumir una posición de control en la toma de decisiones dentro de la directiva, algo que no ha podido hacer desde que compró parte de las acciones del club.
Y es que, a pesar de sus ínfulas de “empresario exitoso”, de amigo personal y cómplice de políticos encumbrados en lo más alto del poder, de supuesto operador exitoso, lo cierto es que Henaine se ha visto superado una y otra vez por la paciencia, el bajo perfil y la aparente ingenuidad de Paco Bernat.
Le ha ganado de todas, todas, y eso es insoportable para el monumental ego de quien se siente el Walt Disney de los parques de diversiones en Puebla.
Ahora, la venganza será a través del desmembramiento del equipo de mayor confianza de los Bernat, quienes, hay que decirlo, han tolerado, fomentado y en ocasiones hasta ordenado las ya famosas corruptelas de Álvaro Flores, inclusive antes de la llegada de Henaine a la directiva camotera.
Las pruebas son de una contundencia tal que, por lo menos por ahora, a Bernat no le queda más remedio que sacrificar a su cómplice, sacarlo del equipo para evitar el desgaste operativo y mediático y poner a su disposición a todos los asesores legales a la mano para evitar que Flores pise la cárcel.
O peor, que diga todo lo que sabe y embarre así a sus benefactores.
Ni hablar, es un duro golpe para Bernat.
Sin embargo, esto no será suficiente para debilitar en los hechos la posición de poder que mantiene el socio mayoritario del equipo dentro de la directiva.
Faltaba más.
Bernat seguirá siendo la voz cantante en el Puebla y si para asegurarlo es necesario encarcelar a uno de sus principales aliados, esto será un precio menor que pagará más que gustoso.
Ya lo verá.
LAS TRANSAS DE ÁLVARO FLORES
Con o sin el visto bueno de los Bernat, Álvaro Flores concibió y operó un muy lucrativo esquema sistema de acciones que lo colocaron en una posición de poder envidiable en el equipo.
Manejo de convenios de publicidad, reventa, pagos fraudulentos y, como en los pronósticos deportivos, lo que se acumule en la semana.
Uno de los negocios más rentables fue el obtener el manejo de las puertas de acceso al estadio, permitiendo el ingreso al inmueble de personas sin boleto pagado, pero con la tradicional “mochada correspondiente.
El control de las puertas siempre estuvo a su cargo y la gente que contrataba para checar boletos, aseguran que tenían la consigna de aceptar dinero para pasar a aficionados que no tienen boleto, de esta manera ingresa dinero que no es detectado y que va directamente a las manos del contador.
De primer mundo ¿no?
Este personaje utilizaba la misma lógica que algunos comandantes de tránsito: a través de la famosa cuota.
Me explico.
Los encargados de las puertas tenían que entregar por cada partido una cuota determinada que se define dependiendo del rival en turno y de la expectativa en términos de asistencia.
Este era, precisamente uno de los grandes misterios que no se explicaban los anteriores directivos y que generó aún más desconfianza entre La Chiquillada y los Bernat: el por qué las tribunas se veían siempre llenas o casi llenas y esto no se reflejaba en el dinero que oficialmente se reportaba como ingresos producto de la venta de boletos.
Esta situación también explica las extrañas aglomeraciones de gente que se daban en las puertas de acceso al estadio y que generan un auténtico caos.
Y es que, para mantener el control del negocio, sólo se habilita un número limitado de accesos.
De esta manera se facilita el monitoreo del ingreso de los que no tienen boleto y de calculan de antemano las utilidades que se obtendrán por la maniobra.
CEMITAS AHOGADAS, EN ALCOHOL
Por cierto ¿sabia usted que no todos los vendedores de cemitas en el Cuauhtémoc, venden el producto que prometen?
Algunos usan las canastas para camouflagear su verdadero giro: la venta clandestina de bebidas alcohólicas.
Debajo de los panes están las botellas, los refrescos y los vasos.
¿Cómo se filtra el licor al interior del estadio?
De la misma forma en la que entran los cachirules al estadio y utilizando a la misma gente al servicio de Álvaro Flores.
Por las mismas puertas “autorizadas” ingresan las canastas llenas de licor sin ser sujetas de la menor revisión.
Y al final del partido: las consabidas cuentas y las largas filas de vendedores y encargados de las puertas afuera de la oficina de Álvaro Flores.
Diría el clásico: qué puercos, qué cochinos, qué marranos.
latempestad@statuspuebla.com.mx