16-04-2024 12:07:07 PM

¿Ladrones en el Congreso?

Pues si, si los hay.

No me refiero por supuesto a quienes cobran un dineral por calentar un asiento en el congreso y levantar automáticamente el dedo cada vez que se les requiere.

Si bien estos individuos encajan perfectamente en la categoría, en esta ocasión el término es utilizado en el sentido literal, es decir, para hacer referencia a quienes se apoderan de algún objeto que pertenece a un tercero.

¿La víctima?

Eduardo Rivera, coordinador de la bancada de diputados locales de Acción Nacional.

El pasado lunes, entre la tres y las cinco de la tarde y en pleno recinto legislativo, le robaron, en circunstancias por demás extrañas, su computadora portátil.

Aunque el asunto a simple vista pudiera parecer como una historia más para sazonar el anecdotario político local, hay cuestiones de forma y de fondo que convierten este robo en un tema de importancia.

De entrada, la computadora fue extraída de las propias oficinas legislativas del PAN, en donde, en teoría, únicamente personal que frecuenta el lugar y que resulta familiar a quienes ahí laboran.

¿Fuego amigo?

¿Quién de los compañeros de partido de Rivera podría estar interesado en obtener la información que la Laptop contenía?

¿Qué se comparte y qué se guarda para consumo personal?

¿De ese tamaño es la desconfianza?

Lo extraño del caso es que, el más nervioso por el robo de la computadora era el propio líder del congreso, José Othón Bailleres, quien hizo todo lo posible, primero porque el tema no se conociera y después, por evitar un escándalo.

El descontrol del priista fue tal que inclusive se ofreció a reponerle la computadora a Rivera aunque el dinero tuviera que salir de su propia bolsa.

¿No le parece extraño semejante arrebato de gentileza?

¿Qué saben los tricolores de tan extraña desaparición?

¿Tanto ofrecimiento únicamente para evitar un potencial escándalo mediático?

¿Quiénes sino ellos como los principales interesados en conocer

Y es que el enojo de Rivera fue mayúsculo.

No tanto por la perdida de archivos que contenían información importante sobre la estrategia legislativa de Acción Nacional, sino alguno que otro dato interesante sobre la forma en la cual el blanquiazul enfrentará las elecciones federales del próximo año.

¿Qué tal la confirmación de la existencia del legendario Ave Azul?

 

PROFESIONALIZAR LA TORTURA
El discurso oficial, en todos los niveles de gobierno y en todas partes del país, la niegan de manera obsesiva.

La consideran, mentirosamente, una práctica que pertenece a un pasado ya superado.

Algunos la califican como una más de los cientos de leyendas urbanas que se han quedado grabadas en el imaginario colectivo.

Sin embargo, ahí está.

Más viva que nunca.

Es tan real, que las corporaciones policíacas buscan incansablemente estrategias y métodos para volverla más eficiente, más dañina, más salvaje.

La tortura es, ha sido y será una práctica institucional de quienes ostentan el llamado “uso legítimo de la fuerza”.

Ese que con mucha frecuencia se convierte en un abuso flagrante.

Los videos dados a conocer ayer son tan sólo la confirmación documental de lo que todos sabemos y que las autoridades se niegan a aceptar.

Vejaciones y maltratos de quienes se autodenominan los guardianes del orden, de aquellos que en teoría son responsables del cumplimiento de la ley, pero que en la práctica no son más que auténticos orangutanes con licencia para todo.

¿Se ha puesto a pensar en manos de quiénes está nuestra seguridad?

latempestad@statuspuebla.com.mx

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